La extraña muerte de la orca Kayla indigna a los conservacionistas en EE.UU.
Proteccionistas de animales alzaron sus voces contra el SeaWorld de Orlando (Florida, EE.UU.) luego de la muerte de la orca Kayla, a los 30 años, tras padecer una extraña enfermedad que aún no pudo ser aclarada por los veterinarios.
El sábado último, el cetáceo comenzó a mostrar signos de malestar y pese a los esfuerzos de los especialistas, el pasado lunes perdió la vida, publicó la agencia The Associated Press.
"Si bien hoy es un día difícil para todos nosotros en SeaWorld, Kayla inspiró a generaciones de visitantes y empleados a cuidar y aprender más acerca de esta increíble especie", anunciaron los responsables del parque. Además, detallaron que es posible que su muerte afecte "socialmente" a otras orcas, aunque no aguardan problemas relacionados con la salud.
NOTICIAS: Kayla, una orca que pasó toda su vida atrapada en #SeaWorld, ha fallecido dentro de un tanque en el parque de Orlando. Ella nunca llegó a nadar en el océano. 💔 Kayla se vio obligada a cambiar de un parque a otro por todo el país y perdió bebés a lo largo de los años. pic.twitter.com/37ClRcXwHe
— PETA Latino (@PETA_Latino) 28 de enero de 2019
Al conocer la noticia, la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por su sigla en inglés), manifestó que la muerte prematura estuvo directamente relacionada con las condiciones en las que Kayla fue forzada a trabajar durante toda su vida.
"Después de haber sido llevada de un parque a otro, realizando trucos en aguas tratadas químicamente para obtener como recompensa peces muertos, con un aborto espontáneo y perdiendo otra cría, y soportando la inseminación artificial forzada, el sufrimiento de Kayla ha llegado a su fin", manifestó PETA en un comunicado.
Además, tras reconocer que es "demasiado tarde para ayudarla", la organización advirtió sobre "las demás orcas prisioneras del SeaWorld", de las que expresó que "deben ser liberadas en santuarios costeros tan pronto como sea posible".
Por su parte, Naomi Rose, del Instituto de Bienestar Animal, advirtió que los 30 años "es el mejor momento de la vida" de este tipo de ballenas, que pueden llegar a superar los 80. "Es literalmente ser una mujer de 30 años, morir a esa edad no es normal", concluyó.