Elliott Abrams, designado por EE.UU. como enviado especial en Venezuela, dijo estar "preocupado" por el jefe del parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, autoproclamado presidente de ese país suramericano.
El funcionario norteamericano dijo que sería un "movimiento extremadamente tonto" que el Gobierno de Venezuela actúe contra el dirigente opositor, reseñó Reuters. Por otra parte, aseguró que "hay divisiones" en el Alto Mando militar venezolano.
Confiscar más activos de Venezuela
Abrams también señaló que el Gobierno de Donald Trump busca confiscar más activos de Venezuela en el mundo, incluyendo cuentas bancarias vinculadas a la explotación de oro.
Las declaraciones de Abrams coinciden con las de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien pidió a distintos empresarios que no comercien con materias primas, como oro y petróleo, de Venezuela.
"Mi consejo a los banqueros, corredores, comerciantes, facilitadores y otros negocios: no comerciar con oro, petróleo u otros productos venezolanos que son robados al pueblo venezolano por la mafia de [el presidente Nicolás] Maduro", escribió Bolton en su cuenta en Twitter.
¿Quién es Abrams?
Elliott Abrams, un controvertido político neoconservador y exdiplomático con un historial sórdido en América Latina y Oriente Medio, fue nombrado como enviado especial del Gobierno de Trump para Caracas, con el fin de encabezar la "restauración de la democracia" en Venezuela. Se espera que Abrams coordine todos los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. para reemplazar al presidente Nicolás Maduro con el autoproclamado presidente Juan Guaido, reconocido por Washington, la OEA y varios miembros de la UE.
El nombramiento de Abrams, anunciado el viernes por el secretario de Estado Mike Pompeo, es algo sorprendente para algunos expertos políticos y medios de comunicación: el presidente Donald Trump rechazó en 2017 su candidatura para ser subsecretario de Estado al enterarse de que Abrams lo había criticado.
Además, el exdiplomático tiene un historial oscuro en América Latina y Medio Oriente, con ventas de armas prohibidas, el apoyo a las guerrillas y gobiernos sanguinarios y mentiras al Congreso.
"Dejé este edificio hace 30 años esta semana, por lo que es muy bueno estar de vuelta", afirmó Abrams el viernes a los periodistas en el Departamento de Estado. "Esta crisis en Venezuela es profunda, difícil y peligrosa, y estoy ansioso de ponerme a trabajar en ello".