El juez Marco Aurélio Mello, del Tribunal Federal Supremo (STF) de Brasil, negó el pedido del senador electo Flávio Bolsonaro, hijo del presidente del Gobierno, Jair Bolsonaro, para suspender la investigación de unos movimientos atípicos en los que está envuelto.
Tanto Flavio Bolsonaro como su chófer y exasesor, Fabrício Queiroz, están en el punto de mira del Ministerio Público de Río de Janeiro –que investiga una posible red de sobornos en la Asamblea Legislativa– tras unos informes revelados por el Consejo de Control de Actividades Fiscales de Brasil (COAF).
En diciembre, el COAF detectó unas "transacciones atípicas" en las cuentas del chófer por un valor de 1,2 millones de reales (307.000 dólares). Los movimientos se realizaron durante un año, entre el 1 enero de 2016 y el 31 de enero 2017.
Según el COAF, nueve funcionarios del gabinete de Flávio Bolsonaro, en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, transfirieron dinero a la cuenta de Queiroz, en las fechas que coinciden con el pago de salarios.
Recurso de amparo
Tras un recurso de amparo presentado por el hijo del mandatario durante un receso judicial, el 17 de enero, el magistrado de guardia Luiz Fux ordenó suspender temporalmente la investigación de Queiroz. El caso se tramita bajo secreto de sumario.
La Fiscalía de Río de Janeiro informó entonces que la investigación era suspendida provisionalmente hasta que el relator de la investigación, el juez Marco Aurélio Mello, se pronunciase.
Días después, se supo que el COAF también había encontrado movimientos sospechosos en las cuentas del senador electo. Entre junio y julio del 2017, Flávio Bolsonaro habría recibido 48 depósitos por un total de 96.000 reales (unos 24.000 dólares), que se llevaron a cabo a través de los cajeros automáticos de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
Sobre este asunto, el presidente del Gobierno aseguró que, si los movimientos "sospechosos" en las cuentas de su hijo se confirman, "tendrá que pagar" por sus acciones.