El cargamento de insumos que salió desde EE.UU., con destino a Venezuela, llegó la semana pasada al fronterizo municipio colombiano de Cúcuta, no exento de la presión internacional para que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro "facilite" su entrada, en un hecho que Caracas denuncia como una "show" de la Casa Blanca para intentar socavar el respeto de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a la Constitución.
Aunque el diputado opositor Juan Guaidó, autoproclamado como "presidente encargado", anunció este lunes en su cuenta de Twitter que la primera parte de la llamada "ayuda humanitaria" internacional había sido ya entregada, a la fecha no ha entrado ningún cargamento a la nación caribeña. Las fuerzas militares se mantienen en resguardo de la frontera con Colombia.
Por otro lado, el diario venezolano El Nacional publicó que un lote de "ayuda humanitaria", anunciado como una "victoria" por Guaidó, ya se encontraba desde diciembre en la capital venezolana. El jefe del Parlamento, presionado por los asistentes de una marcha efectuada este martes para que muestre resultados, replicó que en el envío de EE.UU. entrará "sí o sí a Venezuela".
Un plan de desarrollo
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, informó este martes que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro coordina planes conjuntos con la Organización de Naciones Unidas (ONU) para ampliar la atención en salud y alimentación en el país suramericano.
Indicó que el Ejecutivo trabaja con la ONU en "un nivel superior" para definir una línea de cooperación concreta en materia de salud y alimentación, dos ámbitos "severamente afectados" por las sanciones unilaterales y coercitivas de Washington.
Su declaración coincide con la del embajador de Naciones Unidas en Venezuela, Peter Grohmann, quien en enero pasado ratificó su disposición de colaborar con Venezuela para "superar los problemas que pudieran tener", tras reunirse con el presidente Maduro en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano.
Mientras el Ejecutivo impulsa una colaboración más estrecha con la ONU, EE.UU. insiste en presionar para que dejen entrar el cargamento a Venezuela. En tanto, Guaidó mencionó que en Brasil fue abierto un centro de acopio, frente al impedimento de movilizar los 'containers' de la supuesta ayuda por el inactivo Puente Las Tienditas, que comunica Cúcuta con Ureña, en el estado Táchira, Venezuela.
Para calmar acusaciones de inoperancia por parte de sus seguidores, el diputado Guaidó prometió este martes una nueva fecha: la "ayuda" ingresará el 23 de febrero, día en que se cumple un mes de autojuramenarse en una plaza pública como "mandatario legítimo".
¿Es una ayuda humanitaria?
El analista internacional, Luis Quintana, sostiene que el cargamento no puede considerarse una ayuda humanitaria porque está financiado por EE.UU., una nación que baraja públicamente entre sus opciones "la intervención militar" como vía para "afrontar" la profunda crisis económica que atraviesa el país suramericano, "cuyos efectos son agudizados por las sanciones y bloqueo financiero que aplica" Washington.
Por esa razón, en entrevista a este medio, Quintana valora el envío como "una amenaza humanitaria, es vez de ayuda".
Y no es el único que piensa así. El presidente de la Cruz Roja Internacional en Colombia, Christoph Harnisch, declaró a la prensa que el envío "no es una ayuda humanitaria", pues ha sido ordenada por un "Gobierno impuesto" (en referencia al autoproclamado Guaidó) en Venezuela, sin la aprobación de las autoridades legítimas.
Para el analista en temas internacionales Katu Arkonada, la evidente ausencia de coordinación del envío con el Gobierno electo es un intento de "provocación político-militar" que no representa una novedad, pues EE.UU. registra una tradición de supuestas "ayudas humanitarias" que han derivado en incursión de tropas militares foráneas al país receptor de esos recursos. "Allí están los ejemplos de Libia, Siria e Irak", acotó, consultado por RT.
Ayuda "no atiende a intereses políticos"
Con los días, la organización Cáritas también comunicó su posición en contra del envío, calificado por el Gobierno venezolano como el montaje de "un show" en la frontera colombiana.
Entre un listado de razones, Cáritas alega que cualquier "posibilidad de ayuda humanitaria" se orienta por "protocolos aceptados internacionalmente" y "no atiende a intereses políticos".
Concluye que solo se sumarán si el envío se efectúa con "mecanismos apropiados y bajo los principios de respeto a los derechos humanos y humanitarios".
En una entrevista concedida a ACI Prensa, la directora nacional de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, dijo que una ayuda humanitaria siempre "debe ser planificada y debe buscarse la participación de Naciones Unidas como ente coordinador".
La misma opinión tiene el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, quien dijo que una ayuda humanitaria debe canalizarse como indican las normas internacionales: "No se puede convertir en la excusa de una invasión, porque así pasó en Irak".
Caracas ha denunciado que la iniciativa forma parte de un plan de EE.UU. para justificar una "intervención extranjera", y avanzar en su intento de derrocar al presidente Maduro, electo con más 60% de los votos en mayo de 2018.
Manuel Palma
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