La expectativa mundial generada por el autoproclamado "presidente encargado" Juan Guaidó para ingresar este sábado a la fuerza un cargamento de "ayuda humanitaria" a Venezuela, quedó resumida en tres deserciones militares, dos 'falsos positivos' y cientos de heridos en enfrentamientos con fuerzas de seguridad en la frontera colombo-venezolana.
El anunciado cargamento nunca pasó a Venezuela. De hecho, en el lado colombiano no hubo amagos de los camiones para llegar al punto límite de los puentes Simón Bolívar y Tienditas, ambos fronterizos con Venezuela, después del "cierre total" de la frontera anunciado por la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, debido "a las serias e ilegales amenazas" del Gobierno de Colombia "contra la paz y la soberanía de Venezuela".
Por ambos sitios, el cierre se cumplió a cabalidad por parte de las autoridades venezolanas. Sin embargo, la jornada no estuvo exenta de sucesos inesperados.
Primer 'falso positivo'
A las 7.00 de la mañana, hora local venezolana, tres uniformados condujeron dos vehículos blindados de la FANB sobre el puente Simón Bolívar y, atropellando a varias personas, llegaron hasta el cerco de seguridad colombiano, llevándose por delante algunas vallas.
Tras la confusión en el ambiente, los militares fueron recibidos del lado colombiano por el diputado venezolano José Manuel Olivares y el político opositor Vilca Fernández, encargados de cumplir con el ingreso de la "ayuda".
Una vez del lado colombiano, los militares manifestaron su deserción al Ejército venezolano y fueron alabados por Guaidó.
La acción fue catalogada por Freddy Bernal, "Protector del Táchira", como un "falso positivo" colombiano para intentar justificar una intervención extranjera en Venezuela.
El camión incendiado: ¿un segundo falso positivo?
Conforme pasaban las horas y no ingresaba la "ayuda" anunciada por Guaidó y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana mantenía controlado el cierre de la frontera venezolana con Colombia, un camión presuntamente con productos enviados por EE.UU. explotó en el lado colombiano.
En las redes un reportero de un canal colombiano hizo ver que la responsabilidad era de la Guardia Nacional Bolivariana. De inmediato, el senador norteamericano Marco Rubio replicó lo ocurrido en su cuenta en Twitter y la prensa norteamericana multiplicó titulares de "culpabilidad" contra el presidente Nicolás Maduro sobre el incidente.
Después, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, publicó en su cuenta en Twitter una imagen en la que se aprecia que la quema del camión sucedió a una distancia lejana de donde se encontraban los miembros de la GNB más cercanos.
Drones, besos y saludos
Mientras la polémica por el camión incendiado crecía en las redes, en el puente binacional Tienditas, los uniformados reforzaron los dispositivos de seguridad en medio de informaciones sobre la presencia de grupos opositores que intentarían entrar por la fuerza al final de la tarde.
Al mediodía se hizo una reunión para hacer un balance de la situación. Los jefes militares, junto a Bernal, planificaban cómo reforzar la seguridad del puente, en medio de un sol que brillaba en todo en su esplendor y calentaba los ánimos de los presentes con las consignas de "Leales siempre, traidores nunca".
Arriba, entre las blanquísimas nubes, se veían dos puntos que sobrevolaban estrictamente en el espacio aéreo colombiano. Eran dos drones enfocados a registrar lo que ocurría del lado venezolano.
En otro momento los aparatos habrían pasado desapercibidos, pero después del fallido atentado contra el presidente Nicolás Maduro del pasado mes de agosto mediante pequeñas naves no tripuladas cargadas de explosivos, la percepción era distinta.
Los militares venezolanos mantenían vigilados los drones, en especial algunos efectivos con mira telescópica. Un mayor general los saludaba a ratos con efusividad en señal de burla, mientras un sargento le lanzaba besos llenos de picardía. El par de drones iban y venían, sin traspasar lo que era considerado el espacio aéreo venezolano, que empezaba en un sitio límite en el puente Tienditas que los militares venezolanos saben precisar.
En el fondo del puente, algunos jóvenes jugaban ping pong y fútbol, integrados en un campamento juvenil instalado desde el viernes, en defensa de la "soberanía y paz".
Otro fallido intento de ingreso
La competencia deportiva en el campamento juvenil se acabó al término de las 4.00 de la tarde, horal local. Grupos de opositores intentaban ingresar a la fuerza a Tienditas, pero desde las localidades venezolanas más cercanas a Ureña, sobre todo en dirección desde San Cristóbal, la capital del estado.
Por momentos, la tensión se centró en la "defensa" de esa zona fuertemente custodiada por efectivos militares. Hubo confrontación entre los grupos de encapuchados y las fuerzas del orden público con un saldo de 42 heridos, detalló Bernal. La cifra aumentó con 285 lesionados más, informó el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo. También hubo un conato de incendiar la aduana de San Antonio del Táchira.
Así terminaba una jornada que acaparó la atención mundial. No ocurrió el ingreso de la "ayuda", pero EE.UU. ya advierte que "tomará medidas" ante "las necesidades de los desesperados venezolanos", en palabras del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
Manuel Palma
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