"Si atacamos con una bomba, responderán con veinte": Exlíderes de la India y Pakistán descartan una posible guerra nuclear entre sus países
Pese a que las tensiones entre la India y Pakistán han alcanzado "niveles peligrosos" tras el atentado terrorista perpetrado contra un convoy policial en la región india de Cachemira, es poco probable que estalle una guerra entre las dos potencias nucleares, han subrayado exlíderes de ambos países.
Según el ex primer ministro indio Manmohan Singh (2004-2014), su país es "reacio a las armas nucleares". A diferencia de otras naciones que comenzaron sus programas nucleares con fines militares, la India "es el único país que ha tenido un programa nuclear pacífico extenso y avanzado antes de que nos viéramos obligados a cambiar en respuesta a las amenazas de seguridad", comentó Singh el pasado fin de semana.
"Esta es la razón por la que decidimos basar nuestra doctrina nuclear en una disuasión mínima creíble", agregó, señalando que Nueva Delhi está comprometido con la política de no ser el primero en recurrir a las armas nucleares. Según Singh, después de la primera prueba de una bomba atómica en 1974, la India ha mostrado "casi un cuarto de siglo de moderación".
Por su parte, el expresidente paquistaní Pervez Musharraf (2001-2008) también afirma que Islamabad nunca atacaría primero a su vecino, incluso después de que las relaciones entre ambas potencias nucleares hayan alcanzado un "nivel peligroso".
"No habrá un ataque nuclear. Si atacamos a la India con una bomba atómica, entonces el país vecino podría terminar con nosotros atacándonos con veinte bombas. Entonces, la única solución es que primero debemos atacarlos con cincuenta bombas atómicas para que no puedan golpearnos con veinte bombas. ¿Están listos para lanzar un ataque con cincuenta bombas?", cuestionó.
El 14 de febrero, decenas de personas murieron en un atentado terrorista contra un convoy policial en la región india de Cachemira. El ataque fue reivindicado por la organización Jaish-e-Mohammed, y tras ese ataque Nueva Delhi desplegó hasta 10.000 tropas adicionales y fuerzas paramilitares en la región fronteriza.
Aunque Pakistán condenó el ataque y negó cualquier complicidad con los autores del atentado, la India ha prometido tomar todas las medidas diplomáticas posibles para garantizar el "total aislamiento" de Islamabad y eliminar los privilegios en comercio bilateral concedidos al país vecino bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio.
Además, el primer ministro indio, Narendra Modi, prometió una fuerte respuesta al atentado, mientras que el Ejército indio juró destruir a los militantes de Jaish-e-Mohammed y a quienes los ayudaron.
En tanto, el ministro de Exteriores pakistaní, Shah Mahmood Qureshi, indicó que Islamabad "quiere la paz", pero advirtió que respondería contundentemente en que caso de ser atacado. "Ni siquiera piense en mirar a Pakistán con malicia", declaró Qureshi, instando a la India a mostrar moderación para no poner "en juego la paz y la seguridad de toda la región".
"Todos sabemos que es fácil comenzar una guerra. Está en sus manos comenzar una guerra, pero no está en sus manos terminar esa guerra", agregó por su parte el primer ministro pakistaní, Imran Khan, quien también advirtió que su país tomará represalias en caso de que sea blanco de una agresión por parte de la India.