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Pocos recuerdan el brutal crimen que acabó con el servicio militar obligatorio en Argentina

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La explosión del Caso Carrasco en los medios nacionales generó una presión social que las autoridades no pudieron esquivar.
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En Argentina, esta semana se cumplen 25 años del asesinato del soldado Omar Carrasco a manos de otros efectivos dentro del Ejército. Ese crimen destapó una historia de torturas, abusos y horror que obligó a las autoridades argentinas a poner fin al servicio militar obligatorio en el país.

El 3 de marzo de 1994, Carrasco, de 19 años, se incorporó al Grupo de Artillería 161 de la localidad de Zapala, provincia de Neuquén, y lo mataron en ese regimiento tres días después. Omar falleció por las heridas causadas en una golpiza que le dieron dos conscriptos por orden de un subteniente. Dos semanas después de que el joven se incorporara al servicio militar, sus padres fueron a visitarlo, pero en el regimiento les comunicaron que Omar era un "desertor" y que estaba desaparecido.

Un mes después de su muerte, el cuerpo de Carrasco fue encontrado en unos terrenos del Grupo de Artillería donde ya se habían realizado varias tareas de búsqueda. Inicialmente, la versión del Ejército era que el joven había sido asesinado por civiles fuera del predio militar y luego su cuerpo fue arrojado en el interior.

La explosión de la noticia en los medios nacionales generó una presión social que las autoridades no pudieron esquivar. Seis meses después de ese asesinato, el Gobierno del entonces presidente Carlos Menem, en un intento por cerrar el escándalo, firmó un decreto con el que se puso fin al servicio militar obligatorio y sus abusos. Más de dos décadas después, muchos argentinos ni siquiera saben la historia del crimen que fue un punto de inflexión en la historia del país.

"Eso es lo que me duele, que las generaciones más jóvenes no tomen en cuenta la importancia que tiene y que ellos no van obligatoriamente a hacer el servicio militar por lo que le pasó a Omar", lamenta Andrea Vázquez, una de las primeras periodistas que expuso el asesinato en la prensa local.

"El primer homicidio descubierto dentro de un regimiento"

"Fue el primer homicidio descubierto dentro de un regimiento (…) Todos los casos que se investigaron antes siempre eran 'presuntos suicidios'. El primer caso demostrado como homicidio fue este", recuerda Enrique Prueger, quien fue perito del Caso Carrasco.

Las pericias demostraron que Carrasco murió en el cuartel por golpes y torturas, una práctica por entonces habitual para quienes ingresaban a las Fuerzas Armadas. "Uno de los mecanismos comunes de ciertas familias con influencias era que el hijo no llegara a un regimiento, sino que quedara como un chofer de alguna alta jerarquía del Ejército, o de algún comando central, como para no tener que ir a sufrir los famosos 'bailes' [castigos físicos]", asegura Prueger.

En 1996, el subteniente que ordenó la paliza fue condenado a 15 años de prisión, los dos soldados que golpearon a Carrasco recibieron una sentencia de 10 años, mientras que un tercer efectivo fue condenado a 3 años por encubrimiento. Sin embargo, todas las pruebas indicaban que sin la colaboración de altos rangos, nadie podría haber escondido un cuerpo durante treinta días en un cuartel, pero la Justicia no dio con esos responsables.

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