El Gobierno argentino licitará 9.600 millones de dólares para contener la cotización de la divisa

El Gobierno de Argentina venderá a partir de abril 9.600 millones de dólares en licitaciones diarias de 60 millones, con el objetivo de contener la suba de la divisa, de cara a las elecciones de octubre, anunció el ministro de Hacienda de ese país, Nicolás Dujovne.

Desde Washington, donde mantuvo una reunión este miércoles con la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI), el funcionario dijo en una entrevista con varios medios argentinos que el dinero para sostener esas licitaciones provendrá de las colocaciones de deuda y los desembolsos del organismo financiero, que en pocos días definirá la aprobación de un nuevo envío de 10.700 millones de dólares.

Ese dinero forma parte del préstamo de Derecho de Giro ('Stand by') de 50.000 millones, acordado por el organismo y el Gobierno argentino en junio de 2018, en medio de la crisis financiera.

"La estabilidad macroeconómica está garantizada", dijo Dujovne, de acuerdo a lo publicado por el diario La Nación.

"Nosotros vamos a hacer licitaciones donde se van a vender los dólares al tipo de cambio vigente, en una licitación transparente. El objetivo es hacernos de pesos, no es hacer política cambiaria", aseguró el funcionario.

Según el ministro de Hacienda, Argentina cuenta actualmente con una fuerte liquidez basada en las renovaciones de Letras del Tesoro (Letes) y a los dólares que ha recibido por parte del FMI.

¿Hacia donde va la frágil y vulnerable economía argentina?

El dólar en Argentina alcanzó la semana pasada un nuevo precio récord de 43 pesos, el máximo valor de la era Macri. De acuerdo a las consultoras económicas de ese país, la divisa norteamericana se acercará a los 50 pesos hacia fines de año. Por eso, el Gobierno tiene la necesidad de evitar una nueva corrida cambiaria que provoque otra devaluación de la moneda de cara a las elecciones presidenciales.

El valor del dólar en Argentina suele dispararse en momentos de inestabilidad e incertidumbre económica, por la mayor demanda de la divisa norteamericana como resguardo de ahorristas ante una posible crisis. Esas subas impactan fuertemente el incremento de precios, tanto de bienes de consumo básicos como de combustibles y servicios públicos. En 2018, y tras una devaluación de casi el 100 %, la inflación alcanzó un 47,6 % anual, la mayor desde 1991.