NYT: El príncipe heredero saudita ordenó detener y torturar a disidentes un año antes del asesinato de Khashoggi
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, ordenó medidas para suprimir a la disidencia más de un año antes del asesinato en octubre pasado del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul (Turquía), publicó este 17 de marzo The New York Times citando a funcionarios estadounidenses anónimos con conocimiento de informes clasificados sobre esta campaña.
La iniciativa, bautizada como 'Grupo de Intervención Rápida Saudita' permitía la vigilancia, secuestro, detención y torturas de súbditos del reino árabe con opiniones contrarias a las autoridades en Riad, señala el diario.
La campaña habría sido iniciada por el príncipe heredero y fue supervisada por el exasesor de la corte real Saúd al Qahtani. El reportaje no proporciona información acerca del nivel de participación de Bin Salmán en el trabajo del grupo y explica que toda la comunicación con este se realizaba a través de Al Qahtani.
Según el medio, Khashoggi fue asesinado dentro del marco de este plan contra la disidencia, en el que también se encuadraría la detención el año pasado de varias activistas sauditas de defensa de los derechos de la mujer.
The New York Times intentó contactar con funcionarios sauditas para confirmar la existencia de esta campaña, pero estos rechazaron comentar la cuestión.
- Khashoggi fue asesinado y desmembrado por un grupo de agentes saudíes poco después de ingresar al Consulado General de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre de 2018.
- Riad ha ofrecido varias versiones contradictorias para explicar la desaparición del periodista disidente antes de reconocer que fue asesinado en el interior del edificio del consulado.
- El pasado 3 de enero, la Fiscalía saudita solicitó la pena de muerte para cinco de los once sospechosos detenidos por el asesinato, en un proceso judicial que la ONU dijo que no cumplía con los requisitos de una investigación independiente e imparcial
- Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyp Erdogan, calificó de "horrible" el asesinato y declaró que no entiende que EE.UU. no reaccione ante este crimen