La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner regresó a su país este viernes. Estuvo durante una semana en Cuba, a donde viajó para visitar a su hija, Florencia, que se encuentra realizando un tratamiento médico.
Según reveló en su momento la exmandataria y actual senadora, la joven estaba en el país caribeño para realizar un curso de cine pero debió ser internada debido a diversos problemas que inicialmente no fueron dados a conocer. Sin embargo, fue ella misma la que hizo público el diagnóstico en su cuenta de Twitter señalando que su hija se lo solicitó.
Según el informe elaborado por los médicos cubanos, Florencia padece un "trastorno de estrés postraumático". Además, especifica que sufre "linfedema ligero de miembros inferiores", "síndrome purpúrico", "polineuropatía sensitiva desmielinizante", "amenorrea" y "bajo peso corporal".
Este documento será presentado ante la Justicia ya que tanto la senadora como su hija están siendo investigadas en una causa por presuntos delitos de corrupción y próximamente comenzará el juicio oral.
Florencia, particularmente, está involucrada en la investigación denominada Hotesur, junto a su madre y su hermano. Los tres están acusados por "asociación ilícita y lavado de dinero" junto al empresario Lázaro Báez.
Reuniones políticas
En el marco de su estadía en Cuba, Cristina Fernández también aprovechó para encontrarse con el expresidente de la isla y secretario del Partido Comunista, Raúl Castro, y con el actual mandatario Miguel Díaz-Canel.
Si bien no trascendieron detalles sobre lo que se conversó, ambas reuniones fueron difundidas oficialmente tanto por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, como por el propio Díaz-Canel, en sus cuentas personales de Twitter.
Este último expresó que se trató de un "fraternal encuentro" en el que hablaron sobre la situación en la región y "la necesidad de preservar a la América Latina y el Caribe como Zona de Paz".
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