Las recientes declaraciones del jefe interino del Pentágono, Patrick Shanahan, de que EE.UU. ganaría cualquier guerra en el espacio, no son más que propaganda. Así lo indicaron analistas a RT, precisando que, aun si se llegara a dar e independientemente de quién lo gane, un enfrentamiento en órbita convertiría al planeta en una prisión eterna.
"Si se da una guerra en el espacio, será la última, porque se creará tanta basura espacial con la destrucción de satélites que ya no podremos sacar un cohete de la Tierra. Simplemente, no se podrá atravesar ese 'campo minado'", indicó Bruce Gagnon, coordinador de la Red mundial contra las armas y la energía nuclear en el espacio, al parafrasear lo que años atrás había enunciado el astronauta estadounidense Edgar Mitchell.
Gagnon subrayó que las declaraciones de Shanahan, además de que "no son nuevas", contrarían décadas de esfuerzos de Rusia y China por promover un acuerdo para la prevención de una carrera armamentística en el espacio exterior (PAROS, por sus siglas en inglés), y lamentó que "EE.UU. e Israel sigan bloqueando ese tratado en la ONU".
"Rusia y China han estado diciendo: 'cerremos la puerta del establo antes de que se salga el caballo'", aseveró Gagnon, y explicó que EE.UU., sin embargo, "se niega porque sus corporaciones de armas están comprometidas a ganar mucho dinero en una nueva carrera armamentista en el espacio".
El experto militar Alexéi Leonkov, director comercial de la revista rusa Arsenal Ródiny ('Arsenal de la Patria'), considera las palabras de Shanahan como una "movida propagandística". "La pregunta es: ¿con qué 'hardware' exactamente logrará EE.UU. esta victoria?", se preguntó.
Leonkov recordó que el Departamento de Defensa de EE.UU. se había propuesto ya en 2002 desarrollar tecnologías de avanzada, tales como interceptores espaciales, plataformas nucleares en órbita armadas con láseres y sistemas de misiles espacio-tierra, pero "ninguno de estos proyectos estadounidenses está ni siquiera cerca de la implementación práctica" en este momento.
Por el contrario, "Rusia desarrolló recientemente un verdadero sistema láser militar y posee tecnologías para ponerlo en órbita", subrayó Leonkov. También mencionó desarrollos soviéticos como el R-36ORB, un sistema de misiles capaz de permanecer en órbita a la manera de un satélite y atacar objetivos en tierra –y que "incluso estuvo en servicio de combate hasta 1993"–, o la estación espacial Almaz, desde donde se podían neutralizar naves y misiles balísticos.
En la misma línea, Michael Maloof, exfuncionario del Pentágono, consideró que el país norteamericano está tratando de "ponerse al día" en el desarrollo de estos sistemas. "EE.UU. no tiene un sistema antimisiles que pueda lanzarse desde la Tierra y ser capaz de impactar misiles o satélites en órbita a más de 150 millas (241 kilómetros)", ejemplificó. Maloof estima que Washington tardará años en alcanzar los avances de China y Rusia, pues las tecnologías estadounidenses están en una "etapa infantil".
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