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¿Cómo actúa y cuánto gasta el lobby israelí en EE.UU.?
La polémica alrededor del grupo de presión israelí 'AIPAC' crece en Estados Unidos, después que una congresista afirmara que los políticos reciben dinero a cambio de apoyo al país hebreo.
Israel es uno de los aliados internacionales más leales de EE.UU. Según una reciente encuesta de Gallup, el 69 % de los estadounidenses tiene una opinión favorable sobre ese país del Medio Oriente. Sin embargo, la tasa de aprobación desciende hasta el 59 % en el contexto del conflicto actual de Israel con Palestina. Es la cifra más baja en una década.
Los seguidores del Partido Demócrata son más críticos de Tel Aviv. No en vano, esta es una cuestión que ha trastocado en más de una ocasión la unidad de esa agrupación partidista.
En el pasado año 2018, el grupo de presión israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee, Comité de Asuntos Públicos EE.UU.-Israel) gastó en cabildeo 3,5 millones de dólares. La cifra es nada en comparación con las que dedican para propósitos similares los grupos comerciales o de negocios. Así, la cámara de comercio invirtió en tales cometidos casi 95 millones y el lobby inmobiliario cerca de 73 millones. Pero la inversión de la organización pro-israelí resulta enorme en relación con los demás grupos de influencia en política exterior. El segundo donante tras el AIPAC fue UNICEF, que gastó 744.000 dólares.
Además, el lobby israelí ha sido señalado de buscar influir de maneras poco formales y transparentes. La más conocida son los viajes anuales al país mediterráneo para miembros del Congreso y sus familias. Cada invitado, transportado en clase 'business' y alojado en apartamentos de lujo, cuesta al AIPAC unos 10.000 dólares en promedio.
Para la cadena catarí Al Jazeera, los métodos del cabildeo israelí son tan cuestionables que hizo un documental al respecto. Debido a presiones, la película nunca se ha difundido, aunque se ha filtrado por diferentes medios alternativos.
Al tenor de los resultados, esas inversiones rinden sus frutos. Por ejemplo, el Senado estadounidense convirtió en ley un paquete de ayuda de 38.000 millones de dólares para la defensa israelí en un plazo de 10 años.
A esto se suman otras decisiones de las autoridades estadounidenses. Así, unos 500 millones de dólares del último presupuesto de defensa de EE.UU. se destinan a la cooperación en materia de misiles con Israel.
Además, se aprobó una ley que prohíbe cualquier boicot a Israel, incluyendo la conocida campaña global "Boicot, Desinversiones y Sanciones" (BDS), que intenta poner fin a la "ocupación" de Palestina mediante presiones políticas y económicas sobre Tel Aviv.
Esto último, en particular, ha provocado reacciones adversas. Según diversas encuestas, la mayoría de los ciudadanos se opone a tal medida. Muchos sostienen que contradice la primera enmienda constitucional, que prohíbe toda norma legal que limite la libertad de expresión.
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