El Pentágono ha suspendido las entregas y actividades relacionadas con la capacidad operativa del avión de combate F-35 a Turquía, a menos que Ankara renuncie a su compromiso de compra de sistemas S-400 rusos.
Poco antes, la agencia Reuters reportó, citando a dos fuentes familiarizadas con el asunto, que funcionarios estadounidenses habían informado a sus homólogos turcos sobre que no recibirán más envíos de equipos relacionados con el avión de combate F-35, necesarios para preparar la llegada de estos cazas.
Washington ha advertido repetidamente a su aliado de la OTAN que el sistema ruso S-400 que pretende comprar comprometería la seguridad de la aeronave F-35, realizada por Lockheed Martin. Por su parte, Ankara, que es un socio de producción en la fabricación del avión, hasta ahora se ha negado a dar marcha atrás en su compra prevista.
En marzo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, volvió a comentar la presión que ejerce Washington en relación a la compra del sistema ruso. El mandatario aseguró que "el problema no tiene que ver con los S-400", explicando que todo se debe a que "Turquía toma medidas por su propia voluntad con respecto a los desarrollos regionales, sobre todo en Siria".