La máxima pena impuesta contra Julian Assange por violar los términos de su libertad condicional "no es más que un ultraje", indicó ante la prensa el editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, subrayando que la verdadera lucha —que no es solo para Assange, sino también para el periodismo en general— está por venir.
Este miércoles la jueza Deborah Taylor condenó al fundador de WikiLeaks a 50 semanas de prisión, una sentencia que Hrafnsson calificó al término de la audiencia, celebrada en la Corte de la Corona de Southwark (Londres), de injustificadamente larga. Asimismo, lamentó que la jueza no tuviera en cuenta "factores atenuantes muy convincentes".
No obstante, la "verdadera batalla" todavía está por llegar, recordó el periodista, ya que este jueves se anunciará si el fundador del portal será extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por las filtraciones de información secreta del Gobierno norteamericano, cargos por los que Assange podría ser condenado a la pena de muerte en virtud de la ley federal de espionaje de 1917. La perspectiva de extradición no solo pone en peligro la vida misma de Assange, sino que también amenaza al principio de libertad de expresión y el periodismo en general, manifestó Hrafnsson.
"Es el primer paso de una larga batalla, el combate ciertamente continuará. Esta es, sobre todo, la lucha por la libertad de prensa [...]. Es una verdadera batalla, no es solo para Julian Assange —aunque para él es una cuestión de vida o muerte— es, ciertamente, una cuestión de perseverancia [sobre] un principio periodístico primordial", recalcó Hrafnsson, enfatizando que una decisión del Tribunal favorable a la solicitud de Washington sentará un precedente muy peligroso.
Durante la audiencia de este jueves ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, Julian Assange declaró que no quiere ser extraditado a Estados Unidos.