La cofundadora del movimiento social estadounidense CodePink, Medea Benjamin, denunció este jueves que la Policía ingresó ilegalmente a la Embajada de Venezuela en Washington y detuvo a los cuatro activistas que aún permanecían en el lugar.
En entrevista a RT, Benjamin explicó que una patrulla de la Policía se encontraba en la parte posterior del edificio y que la puerta de acceso a la sede diplomática había sido rota. "Hoy decidieron poner fin a esta página de la historia", agregó.
La activista de Codepink rechazó la medida y afirmó que las autoridades de su país "no tienen ningún derecho", ya que "están violando la Convención de Viena" al no tener "ningún permiso del Gobierno de Nicolás Maduro".
Por otro lado, relató que la situación que han vivido los colectivos que permanecían allí "ha sido muy difícil" desde el 1 de mayo, cuando llegaron a los alrededores de la sede diplomática grupos de venezolanos que apoyan al dirigente opositor Juan Guaidó, lo que generó momentos de tensión, caracterizados por agresiones verbales y físicas, detenciones, cortes de energía eléctrica y agua, y restricción del paso de alimentos y medicinas.
Además, adelantó que pese a las detenciones de los últimos cuatro activistas que permanecían en el lugar, continuarán con manifestaciones "para insistir que la Embajada se queda vacía" y que no entregarán "el edificio a la oposición". De igual manera, planteó la necesidad de que un tercer país quede a cargo de ambas sedes consulares, tanto en Venezuela como en EE.UU., tras la ruptura de relaciones.
La detención de las cuatro personas ha sido también confirmada por la abogada del colectivo de protección de la Embajada, Mara Verheyden-Hilliard.
Por su parte, Brian Becker, jefe de la coalición antiguerra ANSWER, afirmó en declaraciones a RIA Novosti que los cuatro activistas pasarán la noche en prisión y comparecerán ante un tribunal federal en la mañana de este viernes.
Venezuela evaluará una respuesta
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, catalogó el desalojo de la Embajada como una acción "soberbia" de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump e informó que Caracas "evalúa respuestas, en el marco del Derecho Internacional".
Minutos antes, el viceministro venezolano para América del Norte, Carlos Ron, había manifestado en las redes que el Gobierno de su país "no autoriza" el ingreso de ningún oficial estadounidense a la sede diplomática. "Cualquier entrada de este tipo es una violación ilícita de la Convención de Viena".
Guaidó califica a los activistas de "invasores"
Desde la autoproclamación del diputado Guaidó, su 'representante' ante EE.UU., Carlos Vecchio, ha dirigido acciones para ingresar y ocupar la sede diplomática, por lo que un grupo de colectivos y activistas estadounidenses han permanecido en el edificio desde el pasado 19 de marzo.
El parlamentario colgó un trino donde afirma que se inició el proceso de "recuperación" de las sedes diplomáticas venezolanas en el mundo y citó un tuit anterior de Vecchio, quien exclamó: "Fuera los invasores de nuestra Embajada. Cesó la usurpación", con referencia al plazo no definido puesto por Guaidó para "asumir" funciones como "presidente encargado" debido a que según la Asamblea Nacional (AN), que se encuentra en desacato, Maduro "usurpa" la presidencia.
Ambos opositores agradecieron a los venezolanos, que permanecieron por dos semanas en los alrededores de la edificación y que protagonizaron acciones de provocación en contra de los activistas, a quienes gritaban insultos tales como "hambrientos", "comunistas" o "mantenidos", ya que consideraban que estaban ocupando la Embajada de forma ilegal debido a que no reconocen a Maduro como su mandatario.
La ruptura de las relaciones diplomáticas
Los movimientos sociales que estuvieron casi dos meses en la sede diplomática, y que conformaron el denominado Colectivo de Protección a la Embajada, fueron invitados por el Ejecutivo de Maduro, después de que la Cancillería venezolana denunciara que personal designado por Guaidó había ocupado los edificios del consulado de Venezuela en Nueva York, el 13 de abril, y la oficina venezolana del Agregado Militar en Georgetown, el 19 de marzo.
El pasado 24 de abril se cumplieron tres meses desde que el presidente venezolano ordenara regresar a Caracas a todo su personal diplomático acreditado en EE.UU., tras la ruptura de relaciones entre ambos países. Por otra parte, el Departamento de Estado de EE.UU. fijó el mismo lapso, ya vencido, para que los funcionarios del Gobierno venezolano abandonaran el lugar e ingresaran los nombrados por el diputado, a quien reconocen como "presidente interino".
Venezuela ha denunciado reiteradamente el incumplimiento del Convenio de Viena, que establece la obligación de los Estados de resguardar las instalaciones y los activos de los países que se usan para fines diplomáticos aunque se rompan las relaciones.
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