El alto clérigo que investigó a un obispo por malversación y abusos sexuales no comunicó al Vaticano que había recibido dinero del acusado
El arzobispo católico estadounidense William Lori, que supervisó la investigación sobre el obispo de Virginia Occidental Michael J. Bransfield por supuesta mala conducta sexual y financiera, recibió del propio Bransfield cheques y otros regalos en efectivo durante años. No obstante, este hecho no fue incluido en el informe final que Lori presentó al Vaticano el marzo pasado, informa The Washington Post.
El periódico indica que las versiones del informe —que hasta el momento el Vaticano aún no ha hecho público— muestran que los nombres de Lori y de otros clérigos que recibieron obsequios de Bransfield fueron eliminados de la versión final del documento.
El rotativo contactó con el arzobispo Lori para aclarar la situación. En respuesta, el clérigo expresó a través de una carta y un video que lamenta haber eliminado los nombres y atribuyó esta acción a un error.
"Si tuviera que hacerlo otra vez, especialmente en un momento en el que estamos tratando de crear una mayor transparencia y responsabilidad, el informe habría incluido los nombres de los obispos que recibieron regalos, incluido el mío", declaró Lori en el video.
De acuerdo con Lori y otros miembros del clero que recibían dinero de Bransfield, estos creían que los obsequios provenían de sus fondos personales e ignoraban que se estaban embolsando cheques con dinero de la Iglesia.
Lori contó que devolvió los 7.500 dólares que Bransfield le dio a lo largo de los años y pidió a la diócesis que los donara a Caridades Católicas. En total, el obispo Michael Bransfield gastó al menos 350.000 dólares de la Iglesia en regalos en efectivo.
Malversación
Según The Washington Post, durante los 13 años en que Bransfield fue obispo de la diócesis de Wheeling-Charleston (Virginia Occidental), gastó 2,4 millones de dólares pertenecientes a la Iglesia en viajes, muchos de ellos personales, incluidos vuelos en 'jet' privado y estancias en hoteles de lujo.
Además, Bransfield y algunos de sus subordinados gastaban casi 1.000 dólares al mes en alcohol. La diócesis gastó también 4,6 millones de dólares en renovar la residencia de la iglesia de Bransfield después de un incendio en el que resultó afectado solo un cuarto de baño.
Abusos sexuales
De acuerdo con lo que el arzobispo Lori contó en su video, las acusaciones de conducta sexual inapropiada de Bransfield con jóvenes adultos en posiciones subordinadas eran creíbles.
The Washington Post precisa que al menos nueve jóvenes sacerdotes acusaron a Bransfield de haberlos tocardo o besado sin su consentimiento. Contaron también que se exponía ante ellos y hacía comentarios sobre sus cuerpos. El periódico afirma que Bransfield abusaba del alcohol, la oxicodona y otros medicamentos recetados, lo que "probablemente contribuyó a su comportamiento hostigador y abusivo".
Las víctimas de los abusos sexuales de Bransfield han alegado que sus quejas fueron ignoradas dentro de la jerarquía eclesiástica. Al mismo tiempo, el periódico estadounidense indica que el obispo envió cheques a un total de 137 clérigos, incluidos dos sacerdotes jóvenes que lo acusan de maltratos, y a más de una docena de cardenales.
A pesar de que Bransfield negó haber cometido cualquiera de los delitos de los que lo acusaron, los hallazgos confidenciales de la investigación provocaron que en febrero fuera despojado de su cargo de obispo y obligado a pagar compensaciones. En marzo, después de la entrega del informe al Vaticano, Lori también retiró a Bransfield de "cualquier ministerio sacerdotal o episcopal dentro de la Diócesis de Wheeling-Charleston o dentro de la Arquidiócesis de Baltimore".
La diócesis de Virginia Occidental es una de las más pequeñas de EE.UU., pero está excepcionalmente bien financiada, ya que obtiene casi 15 millones de dólares al año a través de las ganancias que le proporcionan los terrenos petrolíferos que posee en Texas y que le fueron donados hace más de un siglo.
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