La tripulación de uno de los petroleros afectados en el golfo de Omán vio "objetos voladores" antes del ataque

A tenor de lo declarado por el propietario del petrolero Kokuka Courageous, el barco no habría resultado dañado por minas.

El propietario del Kokuka Courageous, uno de los petroleros que este jueves fue objeto de una serie de explosiones en el golfo de Omán, ha declarado que la tripulación del barco vio "objetos voladores" antes del incidente, y ha tachado de "falsas" las informaciones sobre un supuesto ataque con minas.

El presidente de la compañía, Yutaka Katada, cree que los objetos voladores vistos por los marineros podrían ser balas, y rechaza la versión de las minas o de los torpedos porque los daños se registraron en el barco por encima de la línea de flotación, recoge AP.

Katada ha señalado también que los miembros de la tripulación divisaron una nave iraní cerca, pero no especificó si fue antes o después del incidente. 

Sus declaraciones contradicen la grabación difundida previamente por el Pentágono, con la que pretende demostrar que Irán está detrás del ataque. En el video, según la versión estadounidense, se ve a miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán retirando una mina sin explotar del Kokuka Courageous.

Irán ha negado categóricamente que tenga alguna relación con el incidente y ha rechazado "las acusaciones infundadas" de Washington, según lo ha manifestado la Misión Permanente iraní ante las Naciones Unidas.

Este jueves por la mañana explosiones provocaron un incendio a bordo de dos buques petroleros en el golfo de Omán, que según medios iraníes, fueron resultado de ataques contra las embarcaciones. La Armada de Irán rescató a 44 miembros de las tripulaciones de las dos embarcaciones "accidentadas" —término que emplea la prensa iraní— y los trasladó a la ciudad de Jask.

Los buques afectados son el Front Altair y Kokuka Courageous, que iban con 23 y 21 tripulantes a bordo, respectivamente. En el buque Front Altair se hallaban 11 rusos, 11 filipinos y un ciudadano de Georgia. Según el Ministerio de Comercio de Japón, las dos embarcaciones llevaban "cargamento relacionado con Japón".

La primera explosión tuvo lugar en el Front Altair, que navegaba desde Emiratos Árabes Unidos a Taiwán con un cargamento de nafta, un compuesto líquido de hidrocarburos intermedios derivados de la refinación del petróleo crudo, y fue seguida de otra aproximadamente una hora después, en el Kokuka Courageous, que había partido desde Arabia Saudita con destino a Singapur con un cargamento de metanol.