Crece la preocupación por la militarización de América Latina
Este martes, el escándalo generado por los rumores de convertir a las Islas Galápagos en un "portaviones" de EE.UU. obligó al presidente de Ecuador, Lenín Moreno, a asegurar que "no hay ni habrá bases militares extranjeras en el país".
Explicó que se trata de una "actividad conjunta entre varios países" de "vigilancia aérea" para cuidar este patrimonio mundial y controlar el narcotráfico.
Sin embargo, muchos vieron en esta medida un nuevo retroceso de la soberanía del país ante la nación norteamericana.
Casos parecidos a este se repiten al sur del continente.
Brasil
Después de que Jair Bolsonaro llegó al poder en Brasil, este país se convirtió en uno de los socios más fieles de EE.UU. en la región.
En su primera entrevista tras asumir la Presidencia, el mandatario brasileño declaró que se podría discutir una posible base militar estadounidense en Brasil. Días después también cambió de parecer tras el malestar generado entre las Fuerzas Armadas.
En marzo, durante su reunión en Washington con su homólogo, Donald Trump, se cerró un acuerdo entre ambos países que permite el uso comercial por parte de EE.UU. de la base espacial brasileña de Alcántara, situada en el estado de Maranhao, para el lanzamiento de satélites, misiles y cohetes.
En mayo, Trump notificó al Congreso de su país su intención de designar a Brasil como el mayor aliado "no OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)" de EE.UU. Esto significa que las Fuerzas Armadas podrían llegar a Brasil y también participar en ejercicios conjuntos.
Colombia
Otro país latinoamericano que desarrolla activamente los lazos político-militares con EE.UU. es Colombia.
En el 2013, el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, firmó en Bruselas (Bélgica) un acuerdo de intercambio de información y seguridad con la OTAN. Dos años más tarde, la Corte Constitucional de Colombia suprimió la ley correspondiente a ese tratado.
En mayo del año pasado, Santos concretó las intenciones de formar parte de la organización internacional, concertando el acuerdo, que convirtió a Bogotá en su único 'socio global' en América Latina y el noveno país de esa categoría en el mundo.
Aquel día, el mandatario colombiano dijo que esperaba de la OTAN que, además de facilitar "el acceso de las Fuerzas Armadas de Colombia a un portafolio de capacitaciones y entrenamientos" que tiene la organización militar, pueda también "capacitar a civiles".
Venezuela
El USNS Comfort, buque hospital de la Armada de EE.UU., zarpó este miércoles desde el puerto de Miami (EE.UU), hacia Latinoamérica.
La misión de este embarcación, que tendrá una extensión de cinco meses, es llevaba a cabo por personal militar estadounidense, que arribará a los países de la región para "ayudar a aliviar la presión" generada por la llegada de "migrantes venezolanos que escapan de la crisis", según el comunicado. Esta misión humanitaria llega en medio de dudas sobre una posible intervención militar de la potencia norteamericana en Venezuela.
De hecho, la táctica que utiliza EE.UU. para organizar su presencia militar en países soberanos es idéntica en todo el mundo y consiste en "crear una sensación de amenaza o de riesgo frente a los potenciales rivales", opina el historiador y exmilitar Julio Grande Ortiz.