Los jóvenes que consumen comida basura pueden sufrir daños irreversibles en su fertilidad
Una investigación de la Universidad de Harvard sugiere que los jóvenes que prefieren alimentos procesados y altos en grasa, como pizzas, papas fritas y hamburguesas, tienen un conteo de espermatozoides mucho más bajo que aquellos que llevan una dieta saludable. El estudio ha sido presentado en la conferencia anual de la Sociedad Europea para la Reproducción y Embriología Humana que se desarrolla esta semana en Viena, informa The Telegraph.
La investigación analizó muestras de esperma de, aproximadamente, 3.000 hombres, con una edad promedio de 19 años, identificados con diferentes tipos de dieta. El análisis reveló que quienes consumían frecuentemente comida basura presentaban 25 millones menos de espermatozoides por eyaculación que aquellos que preferían el consumo de pescado, pollo, verduras y frutas.
En el segundo caso, la salud de los espermatozoides, medida por su concentración, volumen y motilidad, fue mejor. "Es casi seguro que este efecto se deba a que las personas con las mejores dietas están tomando más antioxidantes", señaló Allan Pacey, experto en fertilidad de la Universidad de Sheffield a Independent.
Además, este tipo de alimentos contribuyen a la protección de las células de Sertoli, encargadas de la producción de esperma, a diferencia de la comida procesada, bebidas azucaradas y carbohidratos con almidón, que carecen de antioxidantes y matan estas células que nunca pueden ser reemplazadas.
Aunque los jóvenes involucrados en el estudio estaban en su punto máximo de reproducción, algunos de ellos presentaban recuentos de espermatozoides clínicamente bajos de menos de 39 millones, lo que incrementa las dificultades para concebir hijos de forma natural.
Si bien estudios anteriores ya han vinculado la mala alimentación con la disminución de la producción de espermatozoides, solo se habían enfocado en hombres adultos. Sin embargo, este nuevo análisis, liderado por el doctor Jorge Chavarro, es el primero que asocia la mala alimentación durante el crecimiento de los jóvenes con la reducción de fertilidad para el resto de su vida.