Este junio ha sido el más caluroso jamás registrado, pero hay un problema más grande
El de 2019 ha sido el mes de junio más caluroso en la historia de los registros de la temperatura de los últimos 139 años, según datos recientes de la NASA. Además, en general, las temperaturas de enero a junio de este año estuvieron 1,4 grados centígrados por encima de las temperaturas medias que se registraban a finales del siglo XIX.
"En este punto, el inexorable aumento de las temperaturas globales es completamente predecible", ha comentado a Mashable Sarah Green, química ambiental de la Universidad Tecnológica de Michigan (EE.UU.). Esta científica indicó que los recientes datos de la NASA constituyen una prueba más de que los modelos climáticos predicen con precisión el calentamiento continuo de la Tierra a medida que los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera.
Se señala que actualmente las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera han alcanzado sus niveles más altos en al menos 800.000 años. Esta concentración también se está acelerando a un ritmo sin precedentes tanto en el registro histórico como en el geológico. Estos datos están en línea con el hecho de que 18 de los 19 años más cálidos registrados se han producido desde 2001.
Consecuencias
Los científicos apuntan a que las consecuencias anteriormente predichas de este calentamiento ya se están desarrollando en el planeta. Por ejemplo, en los últimos 30 años en EE.UU. el clima cálido ha duplicado la superficie de tierra afectada por los incendios forestales, a medida que las plantas y los árboles, especialmente en California, se queman ya estando secos.
El calentamiento global provoca no solo fuego: los últimos 12 meses han sido los más húmedos en la historia de EE.UU., lo que provocó inundaciones en todo el país. Según datos científicos, por cada 1 º Celsius de calentamiento, el aire puede contener un 7% más de agua.
Mientras tanto, en Groenlandia —que tiene la segunda capa de hielo más grande de la Tierra— los hielos se están derritiendo a un ritmo sin precedentes. Desde 1961, los glaciares perdieron 9 billones de toneladas de hielo.
Las olas de calor rompen récords y aumentan en duración y frecuencia. Así, en Europa este junio, debido a las altas temperaturas, se han registrado víctimas mortales. Al mismo tiempo, suben las temperaturas del océano, lo que disminuye la cantidad del oxígeno en el agua y afecta de manera negativa a la vida marina.
En opinión de Green, los últimos datos de la NASA son "una prueba más de que las temperaturas seguirán subiendo hasta que se implementen políticas gubernamentales que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero" para evitar las consecuencias catastróficas del calentamiento global.