Asesina a una menor y Facebook tarda casi un año en darle su contraseña a la Policía para conseguir pruebas

El joven autor del crimen se niega a facilitar las contraseñas de su cuenta a los investigadores y la empresa de Mark Zuckerberg tarda casi un año en hacer lo propio. Según la Policía, ello les obligó a llevar a cabo "una de las mayores búsquedas de la historia criminal".

La política de privacidad de la red social Facebook está complicando sustancialmente la investigación del asesinato de la británica Lucy McHugh, de 13 años, a manos de Stephen Nicholson, de 25 años, ha informado este viernes Daily Mail.

El trágico suceso ocurrió en la ciudad de Southhampton, al sur del Reino Unido. Después de que la menor informara a Nicholson de que se había quedado embarazada, este la invitó a un parque cerca de su casa, donde le dio casi 30 puñaladas.

Al ser detenido unos días más tarde, confirmó que había intercambiado mensajes con la víctima antes del crimen, pero se negó a darles la contraseña de su cuenta de Facebook. Al parecer justificó su decisión por la preocupación de que los agentes conocieran a los narcotraficantes que le vendían drogas.

Por su parte, Facebook no se dio prisa en colaborar con las fuerzas de seguridad en la investigación. De hecho, la entrega de la contraseña esperó casi un año. La espera acabó justo al empezar el juicio.

Dado que el asesino eliminó el contenido poco después de la muerte de McHugh, todo lo que pudieron extraer los agentes fue el historial de sus comunicaciones.

Felizmente, otras pruebas recuperadas por los oficiales han sido suficientes para que el tribunal haya encontrado culpable y condenado a Nicholson a 33 años de cárcel.

Con todo, si los agentes hubieran tenido acceso a su cuenta antes, probablemente podrían haber recuperado el contenido de los mensajes, lo cual habría facilitado la investigación, opina el fiscal superior John Montague.

Dada la falta de las pruebas definitivas, los agentes tuvieron que organizar "una de las búsquedas más grandes en la historia criminal", explicó el detective Paul Barton, de la Policía del condado de Hampshire.

"Unos 200 agentes trabajaron en el punto álgido de la investigación, teníamos un gran equipo de búsqueda que utilizaba recursos extras de otras fuerzas policiales, teníamos investigadores adicionales [...], así que realmente fue una investigación enorme en un momento en el que la asignación de recursos era un reto para nosotros", abundó.

"Creo absolutamente que en ciertos casos, y me parece que este es uno de ellos, las fuerzas del orden del Reino Unido deberían poder contar con pruebas vitales que pudieran llevar a alguien ante la justicia", comentó la comisaria de la Policía de Londres, Cressida Dick.

Por su parte, Facebook reiteró que actuaron en estricta conformidad con la ley. "Hemos trabajado estrechamente con la Policía de Hampshire a lo largo de este caso y hemos proporcionado la información que solicitaron a través de tratados de asistencia jurídica mutua", señalo un portavoz de la red social, que admitió que el proceso fue "demasiado lento".

"Hemos presionado activamente para que se introduzcan reformas en las leyes de la UE, EE.UU. y el Reino Unido que nos permitan, entre otras cosas, proporcionar información de forma directa y más rápida a las autoridades policiales del Reino Unido", aseguró.