Los repartidores de Barcelona (España) de la plataforma de envío de comida a domicilio Glovo protagonizaron un paro laboral este jueves, convocado por el sindicato Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC), que ha contado con el apoyo de la Asociación Autónoma de Riders y de la plataforma 'Riders x derechos'. Esta última justifica la huelga por la necesidad de "luchar contra la precariedad laboral" a la que la empresa les somete, según han difundido en las redes sociales.
"Queremos negociar con la empresa para que nos contrate como asalariados o poder actuar de verdad como autónomos", ha dicho Brian González, portavoz del comité de huelga, durante la marcha que los mensajeros realizaron en horas del mediodía, desde la Sagrada Familia de Barcelona, hasta las oficinas de la empresa, según ha recogido El Diario.es.
La falsa flexibilidad horaria, la inexistencia de límite en el tiempo de espera y un sistema de puntuación ineficaz, son algunas de las denuncias que hacen los alrededor de 1.500 mensajeros que estaban llamados en esta jornada al paro laboral.
El motivo principal de queja es la relación laboral que mantienen con la empresa que, según los trabajadores, es de "falsos autónomos". De hecho, en los dos últimos años se han dictado sentencias en los tribunales con resultado dispar sobre este particular
Así, Glovo acumula cinco sentencias en contra y cuatro a favor. No obstante, entre los fallos judiciales, el más famoso hasta ahora es el que recientemente dictó un tribunal contra su más directo competidor, Deliveroo, en el que 532 empleados fueron reconocidos como trabajadores asalariados.
El algoritmo en el punto de mira
Los 'riders' se quejan también del algoritmo que gestiona su jornada laboral. A través de este método son puntuados en función de los pedidos que entregan y de las valoraciones de restaurantes y clientes. Este sistema es utilizado para asignar las horas de trabajo que cada repartidor tiene al día.
"Cada mañana nos levantamos con el miedo de que nos hayan bajado puntos", ha denunciado el portavoz.
Así, los mensajeros tienen que trabajar todas las horas disponibles para mantener la puntuación, mientras que el sistema no les proporciona ninguna herramienta para justificar ausencias o retrasos. "Queremos dejar de ser esclavos de la aplicación", ha explicado González.
Por lo tanto, lo que los empleados reclaman es tener los mismos derechos que los asalariados o disfrutar de la flexibilidad de los autónomos, sin ser penalizados por el algoritmo, que decide cuánto y cuándo pueden trabajar.
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