La Policía de Hong Kong ha utilizado este lunes gases lacrimógenos para dispersar a los grupos de manifestantes que intentaron cortar una importante arteria de tránsito en el centro de la ciudad.
El transporte local, incluyendo trenes y el metro, se encuentran parados por una huelga general iniciada esta jornada.
Según SCMP, el paro llevó a una reducción drástica de los vuelos en el aeropuerto local, la paralización de la mayoría del sistema del metro y a los intentos de bloquear vías terrestres en la ciudad.
"Un intento de destruir Hong Kong"
La jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, condenó disturbios como amenazantes para la soberanía de China y la posición especial del territorio dentro de la nación asiática.
"Hong Kong ha sido la ciudad más segura del mundo, pero una serie de actos violentos lo han puesto en una situación peligrosa", dijo.
Además, aseguró que "estas acciones desafían [el principio de] 'un país, dos sistemas' y amenazan la prosperidad y estabilidad" de la urbe. Asimismo, advirtió de que los manifestantes "están tratando de destruir Hong Kong".
La semana pasada, el Ministerio de Defensa de China indicó que el Ejército Popular de Liberación podría ser desplegado en Hong Kong si el Gobierno local lo solicita con el fin de mantener el orden público en la región.
Las protestas en Hong Kong fueron iniciadas a principios del pasado junio a raíz de un proyecto de ley que permitiría la extradición de sospechosos desde el territorio autónomo a la China continental para ser juzgados. A pesar de que este polémico proyecto de ley fue retrasado por tiempo indefinido el pasado 15 de junio, los manifestantes continúan echándose a la calle.