La jueza federal Carolina Lebbos autorizó este miércoles la transferencia del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, de 73 años, de la Superintendencia de la Polícia Federal (PF) en Curitiba, en el estado de Paraná, a la cárcel de Tremembé, en el estado de Sao Paulo, informa la prensa local.
La decisión fue publicada en el sistema de la Justicia Federal de Paraná esta mañana. "Corresponderá a la autoridad policial adoptar las medidas apropiadas", reza la resolución. Según la jueza, la medida tiene como objetivo trasladar a Lula a "un establecimiento efectivamente volcado a la ejecución penal, cerca de su medio social y familiar".
Desde el 7 de abril de 2018, el expresidente estaba preso en una celda especial en la sede del PF. Su transferencia a Sao Paulo, donde reside su familia, fue un pedido del superintendente del PF, Luciano Flores, quien argumentó que la prisión de Lula "alteraba la rutina el lugar" y los agentes debían evitar "permanentemente" enfrentamientos de "grupos antagónicos", entre los adversarios y partidarios de Lula que se concentran alrededor del establecimiento.
Lula cumple una pena de 8 años y 10 meses de prisión por lavado de dinero y corrupción pasiva en el caso de un departamento triplex en Guarujá, una ciudad del estado de Sao Paulo, en el marco de la Operación anticorrupción 'Lava Jato'. El exmandatario fue condenado también a otra pena de 12 años y 11 meses de cárcel por otro delito de corrupción, que no está confirmado todavía en segunda instancia.
'Habeas corpus'
Cristiano Zanin, uno de los abogados de Lula, afirmó que es "fundamental que el Supremo Tribunal Federal (STF) dé continuidad al 'habeas corpus' para revertir esa prisión injusta". Los abogados del exmandatario habían pedido que no se tomase ninguna decisión judicial hasta el pronunciamento STF sobre el 'habeas corpus' que tiene pendiente analizar.
El pasado mes de junio, la segunda sala del Supremo Tribunal Federal (STF) rechazó los dos pedidos de liberación de Lula. Los abogados del líder del Partido de los Trabajadores (PT) piden que se anulen las condenas impuestas por el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, porque consideran que no actuó con imparcialidad a la hora de juzgar al expresidente.
Estos argumentos ganaron fuerza cuando, en junio, la imparcialidad de Moro quedó en entredicho tras el escándalo desatado al filtrarse unos mensajes entre él y los fiscales del caso 'Lava Jato'.
"Estaba decidido a condenarme antes incluso de recibir la denuncia de los fiscales", criticó recientemente a través de un carta el líder petista, quien se declara inocente y reitera que la denuncia fue "falsa e inconsistente".
"Gran favorito"
Pese a estar preso, Lula fue el gran favorito para ganar las elecciones presidenciales de octubre de 2018, pero el Tribunal Superior Electoral (TSE) vetó su candidatura. Fue sustituido por el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, un gran desconocido que batalló contra el actual presidente, Jair Bolsonaro.
Tras asumir el poder, el ultraderechista invitó a Moro a convertirse en uno los superministros de su gobierno. El entonces magistrado aceptó la oferta y en la actualidad dirige la cartera de Justicia.
"Si alguien aún tenía alguna duda sobre de qué lado el juez siempre estuvo y cuál era el motivo de mi persecución, las dudas terminaron cuando aceptó ser ministro de Justicia del Bolsonaro. Toda la verdad se aclaró: fui acusado, juzgado y condenado sin pruebas para no disputar las elecciones", aseveró Lula en su carta.
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