El presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó su desconcierto por el hecho de que los críticos asociaran a Washington con los disturbios en Hong Kong. "Muchos me culpan a mí y a EE.UU. por los problemas que ocurren en Hong Kong. No puedo imaginar por qué", tuiteó.
Unos minutos después, escribió que Pekín está desplegando efectivos militares en la zona fronteriza con la región administrativa especial de Hong Kong. "Nuestra Inteligencia nos ha informado de que el Gobierno chino está trasladando tropas a la frontera con Hong Kong", tuiteó el mandatario, al tiempo que pidió a todo el mundo "estar tranquilo y seguro".
Sin embargo, se sabe que los movimientos de las tropas chinas en la ciudad fronteriza de Shenzhen se deben a preparativos para los ejercicios militares anunciados este lunes por medios oficiales chinos.
La semana pasada, Pekín condenó la reunión entre Julie Eadeh, diplomática del consulado estadounidense en Hong Kong, y los líderes de las protestas, denunciando que EE.UU. "ha desempeñado un papel vergonzoso en los disturbios".
El Departamento de Estado de EE.UU. argumentó que la reunión era parte de algo que los "diplomáticos estadounidenses hacen todos los días", pero China insistió en que "muchos países están perturbados por la diplomacia de EE.UU.". "No importa cuán poderoso sea Estados Unidos, no puede justificar la instigación y la interferencia en los asuntos de otros países", advirtieron desde Pekín.
Daniel McAdams, director ejecutivo del Instituto Ron Paul para la Paz y la Prosperidad, dijo a RT que el Gobierno de EE.UU. lleva mucho tiempo involucrado en el movimiento de protesta de Hong Kong, y agregó que "es ampliamente conocido que EE.UU., a través de su Fondo Nacional para la Democracia, ha financiado a muchos de estos partidos políticos y líderes políticos". Según McAdams, uno de los líderes de las protestas que se reunió con Eadeh la semana pasada estuvo "muy involucrado en las protestas de 2014" en Hong Kong y mantuvo estrechos vínculos con Washington.
Décima semana de protestas
Anteriormente, Trump calificó la situación en Hong Kong de "muy difícil", aunque afirmó estar "seguro" de que se solucionará "por el bien" de las partes implicadas, "incluida China". De hecho, destacó que desea que "nadie muera" ni "salga herido".
Hong Kong vive su décima semana de protestas generalizadas, iniciadas a raíz de un proyecto de ley que permitiría la extradición de sospechosos desde el territorio autónomo a la China continental para ser juzgados. Pese a que la discusión de la legislación fue retrasada por tiempo indefinido y posteriormente dada "por muerta", los manifestantes continúan echándose a la calle.