El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó al exmandatario colombiano Álvaro Uribe de orquestar un plan para asesinarlo a él y a otros líderes de su Gobierno.
Maduro señaló que Uribe, quien gobernó Colombia entre 2002 y 2010, tiene un plan para asesinar al jefe de Estado Venezolano y a los líderes de la Revolución bolivariana a través de 32 mercenarios.
"Es un plan para ingresar 32 mercenarios para intentar asesinarme a mí y a dirigentes de la Revolución", dijo Maduro desde el salón Boyacá del Palacio de Miraflores, en Caracas.
De acuerdo con el mandatario, el plan para asesinarlo se fraguó en el búnker de la residencia de Uribe y habrían participado también el embajador de Colombia en EE.UU., Francisco Santos Calderón, y el opositor venezolano Lester Toledo, quien permanece prófugo de la Justicia.
"No solo es la campaña contra Venezuela y contra Maduro, es que desde Colombia se preparan actos violentos", denunció el mandatario.
Reacción de Colombia
El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, manifestó su rechazo en su cuenta de Twitter y catalogó las acusaciones de Maduro en contra de Uribe y Santos Calderón como "delirantes" y "calumniosas".
Holmes también escribió que las "calumnias" del presidente venezolano tienen como fin "distraer la atención de la grave crisis" en el país suramericano.
Intento de magnicidio
El 4 de agosto de 2018, una detonación interrumpió de manera abrupta el discurso de Maduro con motivo del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). El anillo de seguridad del mandatario actuó rápidamente, aunque siete efectivos resultaron heridos, tres de ellos de gravedad.
El mandatario venezolano ha asegurado que el intento de magnicidio contra él fue ordenado por el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, así como por el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y el exdiputado venezolano Julio Borges.
El inquilino del Palacio de Miraflores dijo que tanto los autores intelectuales como las personas que financiaron y dirigieron dicho intento de magnicidio por medio de videoconferencias viven en la ciudad estadounidense de Miami y están "protegidos por el Gobierno de EE.UU.", ya que "forman parte de las redes establecidas por la Casa Blanca".
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