En Perú, un grupo de arqueólogos ha desenterrado al menos 227 restos de niños pertenecientes a una antigua tribu llamada Chimú.
Las excavaciones se realizaron cerca de una zona costera en Pampa La Cruz, en Huanchaco (Trujillo, La Libertad), al norte del país. "Este es el sitio más grande donde se han encontrado los restos de menores sacrificados", aseguró este martes a AFP el arqueólogo en jefe, Feren Castillo.
De acuerdo con Castillo, del Programa Arqueológico Huanchaco, los infantes tenían entre 4 y 14 años y habrían perdido la vida en un ritual para honrar a las dioses de la cultura chimú. El objetivo de estas ofrendas era "apaciguar" la ira de la naturaleza debido a catástrofes ligadas a fenómenos como El Niño, detalla.
Cortes en los laterales del tórax y otras huellas en sus cuerpos confirmaron que habían sido sacrificados. Los despojos yacían extendidos en posición hacia el mar y algunos aún conservaban rastros de piel y cabello.
Con base en investigaciones anteriores, se calcula que los chimú realizaron cuatro sacrificios masivos en el trascurso de los años 1.200 y 1.450 d.C. Los tres primeros de pequeños y el último de llamas.
Este pueblo preincaico se extendió a lo largo de la costa peruana tras la caída del imperio Huari. Desapareció hacia finales del siglo XV tras ser conquistado por los incas.
Este descubrimiento hace parte de una serie de hallazgos masivos de restos óseos de niños en esa región. En abril de 2018, se dio a conocer el que era hasta entonces el mayor caso conocido de sacrificio a los dioses: 140 niños y 200 llamas jóvenes.
En junio de ese mismo año fueron desenterrados otros 56 menores y 30 más de esos animales. En enero de 2019 los arqueólogos dieron con los restos de 132 niños y 260 llamas.
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