"Esta cancelación acabó con todo el mundo": El sector turístico se resiente del veto a los cruceros de EE.UU. a Cuba
La prohibición impuesta por el Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, a los viajes en crucero a Cuba ha generado una crisis en el sector turístico de la isla.
Así, la medida ha provocado una caída de 8,5 % en el número de turistas que visitan Cuba. Además, aunque a principios de 2019 se preveía que 5,1 millones de turistas llegaran a la isla este año, las autoridades ajustaron a la baja sus expectativas, con un monto estimado de 4,3 millones de visitantes.
La abrupta caída contrasta con el crecimiento del 7,2 % del turismo registrado entre enero y abril de 2019, según datos del Ministerio de Turismo (Mintur) de Cuba. En ese mismo periodo, 143.000 personas llegaron a la isla provenientes de cruceros desde EE.UU. A partir del 4 de junio, no se han registrado visitantes por esta vía.
Esta situación ha generado afectaciones entre los cubanos que viven del turismo.
"Hoy salí una hora y ayer dos horas (a trabajar), porque no hay turismo. El turismo que hay ahora es de Turquía, España y México. Todos los días pasan los cruceros ahí a siete millas pero no los dejan entrar", señala Abel Triana, que labora como chofer de automóviles clásicos en La Habana.
El primer crucero de EE.UU. a Cuba, tras el levantamiento de las restricciones, partió el 1 de mayo de 2016, desde Miami a La Habana. Desde entonces, la isla había registrado un repunte sin precedentes en el número de visitantes extranjeros. Algo que cambió drásticamente en cuestión de horas.
"Todas las ventas han disminuido bastante. El turismo de Cuba ha disminuido muchísimo, por lo que no solo se ha afectado este negocio, sino todos los del país. Esta cancelación acabó con todo el mundo. Tenemos que trabajar el doble o el triple de lo que hacíamos antes", dice Dayling Fong, que trabaja dentro de la industria turística cubana.
Pero la medida no solo ha afectado a los cubanos, sino también a las operadoras de servicios turísticos y de cruceros en EE.UU.
"La industria no tuvo mucho tiempo para adaptarse. Normalmente las regulaciones federales pasan por un periodo de revisión que puede durar hasta dos años. Pero cuando esta regulación se procesó bajo Seguridad Nacional, se implementó de manera inmediata, en menos de 24 horas", señaló Zane Kirby, presidente de la Sociedad Americana de Agentes de Viaje, con sede en EE.UU.
"Esto dejó a las compañías de cruceros muy mal paradas, les hizo perder dinero", añadió.
El pasado 4 de junio, Washington aprobó nuevas restricciones contra Cuba, prohibiendo los viajes grupales educativos y cancelando las autorizaciones para barcos de recreo y de pasajeros, incluidos los cruceros y los yates, así como para aviones privados.