La Policía de Bolivia refuerza los controles contra los incendios provocados en la Chiquitanía
La Policía de Bolivia reforzó los controles en la zona de la Chiquitanía, colindante con la selva de la Amazonia, para detener a "las personas sospechosas" de estar provocando los incendios forestales en la región.
Tan solo el pasado jueves 29 de agosto, las autoridades arrestaron a seis personas señaladas de incentivar la quema del territorio. Una de ellas tenía en su poder seis armas de fuego sin autorización.
"La Policía Boliviana, cumpliendo una misión constitucional, ha desplazado su personal investigativo y preventivo para hacer un rastrillaje general en toda la Chiquitanía y proceder a la investigación y seguimiento de personas sospechosas que estarían en el lugar pretendiendo generar fuego en lugares que ya fueron controlados", dijo Yuri Calderón, comandante de la Policía.
Entre las medidas de seguridad, se determinó que no podrán ingresar a la zona siniestrada ciudadanos que no tengan un carnet de identidad, con el objetivo de tener un mayor control de las personas que se encuentran en la zona.
Casi 700 focos de calor activos en el país
La Autoridad de Fiscalización y Control de Tierras y Bosques de Bolivia señaló el pasado 28 de agosto que al menos 10 de los focos de incendio registrados en la región de la Chiquitanía fueron provocados intencionalmente.
Según información del Gobierno, de los 684 focos de calor activos en Bolivia, 342 se ubican en la Chiquitanía. Una cifra que, sin embargo, es mucho menor a los más de 8.000 incendios forestales registrados entre el 17 y 18 de agosto.
"Hago un llamado a jóvenes ambientalistas, ganaderos y organizaciones sociales para implementar un plan de recuperación a favor de lugareños de zonas afectadas", señaló el miércoles el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien también agradeció al Gobierno de Perú por prestar aeronaves para contener el fuego.
"Zona de desastre"
El mandatario reconoció que la pérdida de 1,2 millones de hectáreas de pastizales y bosques en la región de la Chiquitanía y otras áreas representa una situación de desastre.
"Desde el momento en que estamos recibiendo ayuda internacional, ya es una zona de desastre. Y basta con la emergencia, hemos empezado a movilizar los recursos económicos y se suma la comunidad internacional para aportar", dijo.
La Chiquitanía es una zona de llanuras y bosques con más de 20 millones de hectáreas, colindante con la selva de la Amazonia, que en el último mes ha sido azotada por incendios.
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