Miles de manifestantes han salido a las calles de Hong Kong (China) este sábado desafiando la prohibición policial.
Se informa que la Policía está dispersando a los manifestantes con gas lacrimógeno y cañones de agua.
Los participantes de la acción de protesta arrojaron cócteles molotov y ladrillos contra los agentes y prendieron fuego a las barricadas.
Las protestas en Hong Kong comenzaron a raíz de un proyecto de ley que permitiría la extradición de sospechosos desde ese territorio autónomo para ser juzgados en la China continental y Taiwán. A pesar de que Pekín suspendió esa iniciativa por tiempo indefinido el 15 de junio, los manifestantes mantienen sus movilizaciones.
La semana pasada durante la cumbre del G7 celebrada en Biarritz (Francia), los líderes que integran ese colectivo reafirmaron la importancia de la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984 sobre Hong Kong y pidieron evitar la violencia durante las protestas. Al respectó, Pekín mostró este martes su rechazo a esas declaraciones, subrayando que "son puramente asuntos internos de China" y que ningún ente extranjero "tiene derecho a intervenir".
En opinión del presidente de EKAI Center, Adrian Zelaia, se puede establecer un paralelismo entre los disturbios en Hong Kong y las revoluciones de colores registradas en varios países.