El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado este viernes "las mayores sanciones jamás impuestas a un país", tras anunciar restricciones contra el Banco Nacional de Irán, informa Reuters.
El inquilino de la Casa Blanca hizo esta declaración durante una sesión informativa en el Despacho Oval, donde él y el primer ministro australiano Scott Morrison tenían previsto celebrar una reunión bilateral.
"Irán sabe que si se portan mal, tendrán los días contados. Lo están haciendo mal", afirmó.
Ni el mandatario, ni la Casa Blanca han facilitado más detalles sobre las sanciones, más allá de indicar que el Banco Nacional era la última fuente de fondos de Teherán, según indicó el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin.
Inmediata reacción de Rusia
Media hora después de la declaración de Washington, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia condenó las nuevas sanciones unilaterales contra Irán, calificándolas de "ilegítimas".
Al mismo tiempo, la Cancillería rusa aseguró que las restricciones contra el Banco Central de la República Islámica "no afectarán en ningún caso" a la posición de Moscú, que mantendrá su cooperación económica con Teherán al mismo nivel.
Un día antes, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, subrayó la importancia de que la investigación de los ataques lanzados contra las instalaciones petroleras de Arabia Saudita sea objetiva, agregando que las acusaciones no respaldadas por pruebas "no ayudan y solo aumentan la tensión".
Nueva escalada de tensiones
La nueva medida de la Administración estadounidense cobra forma en medio de la acusaciones de Washington contra la República Islámica, a la que atribuye el ataque con drones lanzado el pasado sábado contra las refinerías de la principal empresa petrolera saudita.
La República Islámica, que califica estas acusaciones de "engaño absoluto", insiste en que detrás de la ofensiva están los rebeldes hutíes, que luchan contra la coalición militar liderada por Arabia Saudita en Yemen e incluso y que han asumido la responsabilidad por aquellos ataques.
Esta misma semana, el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, viajó a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos con el fin de "coordinar los esfuerzos" con los líderes de las naciones árabes "para contrarrestar la agresión iraní en la región". "Estamos aquí para construir una coalición destinada a lograr la paz y una solución pacífica" a las "amenazas" de Irán, indicó Pompeo ante la prensa al término de los encuentros.
Por su parte, Riad admitió este martes que desconoce quién es el autor de los ataques y aseguró que seguirán manteniendo su papel de proveedor seguro en los mercados mundiales de petróleo. Asimismo, el reino árabe se comprometió a tomar "medidas estrictas" para evitar nuevos episodios de este tipo.
Origen no determinado
Las autoridades sauditas rechazan la versión del Gobierno persa de que los responsables de los ataques contra sus refinerías fueron las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen, argumentando que Yemen se ubica al sur del país, mientras que la ofensiva procedió del norte (donde se encuentra Irán).
Además, varios altos funcionarios estadounidenses anónimos aseguraron que fue por eso que los sistemas de defensa aérea de Arabia Saudita no lograron reaccionar al ataque, ya que en ese momento estaban dirigidos hacia el sur, en alerta ante una hipotética amenaza desde territorio yemení.
Por su parte, Teherán ha rechazado en numerosas ocasiones las acusaciones de que su país supuestamente tiene relación con el incendio en instalaciones petroleras de Saudi Aramco e insiste en que Washington y Riad presenten "las pruebas reales".