El anuncio de los nuevos aranceles que la Administración Trump impondrá a productos de la Unión Europea (UE) preocupa de manera especial en España. Algunos de sus productos más apreciados en el exterior, como el vino, las aceitunas, el aceite de oliva o el queso podrían ser objeto de severos gravámenes a su llegada a EE.UU., de acuerdo con la lista publicada por la oficina norteamericana de Comercio Exterior.
La Casa Blanca difundió su decisión inmediatamente después de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) autorizara a EE.UU. imponer gravámenes a la UE por un valor de 7.500 millones de dólares anuales, por el apoyo económico ilegal del bloque comunitario a la compañía Airbus.
Desde el Gobierno Español ya han lamentado la decisión del Ejecutivo estadounidense, que ha sido calificada de "desafortunada" por la secretaria de Estado de Comercio en funciones, Xiana Méndez. Si finalmente se materializa esta medida, el impacto global sobre la exportación española podría alcanzar los 1.000 millones de euros al año.
Además, Méndez ha recordado que en "pocos meses" habrá otro dictamen por parte de la OMC que podría habilitar a la UE a aplicar aranceles sobre productos estadounidenses, como consecuencia de las ayudas recibidas por la compañía aeronaval norteamericana Boeing, dando lugar a una situación de "paneles cruzados" de sanciones "que se neutralizan entre sí", e iniciando una guerra arancelaria de consecuencias impredecibles.
Actualmente, EE.UU. es para España el principal mercado para productos agroalimentarios fuera de la UE, por lo que el anuncio de estas sanciones, impuestas a través de aranceles que alcanzarán el 25 %, genera una importante alarma entre los productores españoles.
Daños colaterales de "una guerra entre fabricantes de aeronaves"
Así lo ha reconocido este jueves el director técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de España, José Luis Miguel, al afirmar que existe "una preocupación muy alta" en el sector.
A pesar de no haber terminado aún de calibrar el impacto que estas sanciones pueden tener en las distintas áreas de producción, predice que "en principio el sector más afectado sería el del olivar, tanto por el aceite de oliva como por la aceituna de mesa".
Miguel lamenta además lo que considera la cuestión de fondo, "una situación geopolítica que genera un perjuicio muy injusto para el sector agrario", refiriéndose a "la guerra entre fabricantes de aeronaves" que está en el origen de las disputas comerciales entre EE.UU. y la UE.
El director técnico de la COAG recuerda los efectos que causó, años atrás, el veto que aplicó el Gobierno ruso a determinados productos agrícolas, en respuesta a la sanciones que la UE impuso a Rusia: "Se produjo una gran perturbación en el mercado y un fuerte efecto de bajada en los precios, y por lo tanto en la rentabilidad para los productores", afirma. Por ello mismo, si desde EE.UU. finalmente se aplicaran las sanciones, Miguel estima que "habría que pedirle a la UE una serie de medidas específicas para los sectores más afectados".
Washington tiene previsto activar los aranceles a partir del próximo 18 de octubre. Sin embargo, las autoridades estadounidenses han dejado la puerta abierta a una posible negociación. Desde la COAG esperan que en estas dos semanas haya tiempo para "recuperar la cordura" y hallar un acuerdo que no implique un golpe tan severo al sector agroalimentario, frecuentemente castigado por las inclemencias geopolíticas.
David Romero