La investigación que en su momento realizara la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) acerca de un presunto ataque de esa índole en la ciudad siria de Duma, el 7 de abril de 2018, se llevó a cabo mediante "prácticas inaceptables" y dirigidas a convalidar un informe final ajustado a conclusiones ya predeterminadas.
Así lo asegura un grupo de control internacional convocado por Courage Foundation, institución que con auxilio de donaciones se dedica a la defensa legal de denunciantes y periodistas que divulgan filtraciones.
Un comunicado del grupo de control —formado por siete miembros, entre ellos el editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, y José Bustani, diplomático brasileño que fuera el primer director general de la OPAQ— fue publicado este 23 de octubre, junto con las conclusiones del panel, en el sitio web de WikiLeaks.
¿En qué se basa la denuncia?
El panel se reunió este 15 de octubre, en Bruselas (Bélgica), con un miembro del equipo de investigación de la OPAQ, quien bajo condición de anonimato hizo una "extensa presentación" de lo entonces ocurrido. Para esto incluyó "los correos electrónicos internos, los intercambios de texto y los borradores de informes". Sobre esa base, los expertos unánimemente manifestaron su "alarma por las prácticas inaceptables en la investigación del presunto ataque químico en Duma".
"El testimonio nos convenció de que la información clave sobre análisis químicos, consultas de toxicología, estudios de balística y testimonios de testigos fue suprimida, aparentemente para favorecer una conclusión predeterminada", reza el comunicado.
Además, los integrantes del grupo de control recibieron información acerca de "esfuerzos inquietantes para excluir de la investigación a algunos inspectores, mientras se frustran sus intentos de plantear inquietudes legítimas, resaltar prácticas irregulares o, incluso, expresar sus diferentes observaciones y evaluaciones" con respecto a lo ocurrido en Duma.
Pretexto para atacar
Los videos del supuesto ataque químico en Duma fueron divulgados –cabe recordar– por algunas ONG, entre ellas los Cascos Blancos. Y a pesar de que otras partes denunciaron que se trataba de una escenificación y provocación mediática, sirvieron de pretexto para que EE.UU., Reino Unido y Francia bombardearan fuertemente Siria en la madrugada del 14 de abril de 2018, a manera de respuesta a lo que calificaron como violencia extrema del Gobierno de Bashar al Assad contra sus ciudadanos. En ningún momento se mostraron pruebas de tales acusaciones.
Solo posteriormente, el informe de la OPAQ indicó que la sustancia usada durante el supuesto ataque en Duma había sido "probablemente" cloro. Otro informe, elaborado por ingenieros de la propia Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, contradijo el informe final de ese organismo con respecto a los hechos ocurridos en esa ciudad, y generó interrogantes sobre posibles presiones políticas, por parte de EE.UU., Reino Unido y Francia, hacia la OPAQ.
Ahora, los datos filtrados por el denunciante indican, entre otras irregularidades en las conclusiones de la OPAQ, que "la interpretación de los resultados del análisis ambiental [fue] igualmente cuestionable", ya que en el informe final no se indican los niveles de los químicos orgánicos clorados recolectados en el suelo y, "sin proporcionar datos sobre los niveles de estas sustancias químicas [...] para muestras de fondo o de prueba, es imposible saber si no se debieron simplemente a la presencia de fondo".
De acuerdo con Kristinn Hrafnsson, el denunciante de la OPAQ no estuvo dispuesto a revelar su nombre ni a entregar originales de los documentos que compartió con el panel de expertos, para su publicación. Por ello, el editor en jefe de WikiLeaks formuló un llamado a quienes laboran dentro de la OPAQ para que filtren esos reveladores documentos, de forma segura, a través de wikileaks.org/#submit.
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