La primera misión real del portaviones más caro y avanzado de EE.UU. tendría lugar al menos seis años tarde de lo previsto
El buque más avanzado y costoso de EE.UU. no sería desplegado en misiones reales sino hasta seis años después de lo previsto, según ha reconocido la Armada del país norteamericano.
En detalle, los oficiales esperan superar una serie de contratiempos para poner en servicio de combate al portaviones nuclear USS Gerald R. Ford aproximadamente en 2024, cuando debió haberse hecho el año pasado.
"Creo que lo lograremos [para esa fecha]", aseveró el vicealmirante Thomas Moore, exjefe del programa Ford, durante una audiencia ante el comité de servicios armados de la Cámara de Representantes. "Intentaremos [mover el plazo] lo más a la izquierda posible, pero lo haremos para 2024 de seguro", añadió.
La entrada en servicio de este navío de 13.000 millones de dólares inicialmente se había previsto para el 2013, pero no fue hasta 2017 que fue recibido por la Armada.
La congresista Elaine Luria se refirió al Gerald R. Ford como una "barcaza de atraque" mientras indagaba sobre los retrasos a Moore, que no proveyó una fecha exacta para el primer despliegue del portaviones en condiciones reales de combate.
Fallos críticos
El buque es la cabeza de serie de nueva gama de portaviones de propulsión nuclear. Una de las varias características innovadoras del mismo son sus elevadores electromagnéticos de armas avanzadas (AWE), que sirven para subir bombas, misiles y otras municiones hasta los hangares donde están las aeronaves.
Los elevadores más antiguos, pero todavía en servicio en la mayoría de los portaviones del país (y de todo el mundo), funcionan con energía hidráulica y pueden levantar 10.500 libras (unos 4.600 kilos) de municiones a 30 metros por minuto. En contraste, los AWE pueden levantar el doble de peso a unos 50 metros por minuto.
Actualmente, solo funcionan 2 de los 11 elevadores de este tipo presentes en la nave, pero este no es su único problema: en febrero se dio a conocer que el buque registró una veintena de fallos durante las pruebas de despegue y aterrizaje de aeronaves en el mar. A lo mencionado se suma también el hecho que el portaviones no es compatible con los cazas furtivos estadounidenses Lockheed Martin F-35.
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