El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció este lunes el cambio de ocho de sus ministros del Gobierno y ratificó en sus cargos a otros 16, en un intento de frenar las protestas en este país.
Gonzalo Blumel, que ejercía de ministro de la Secretaría General de la Presidencia, será el nuevo ministro de Interior, y sustituye a Andrés Chadwick, blanco de fuertes críticas en las manifestaciones.
El economista y profesor Ignacio Briones estará al frente de la cartera de Hacienda y reemplaza a Felipe Larraín, quien también ha sido muy cuestionado.
Lucas Palacios, exsubsecretario de obras públicas, estará al frente de Economía y sustituye a Juan Andrés Fontaine, el polémico ministro que, el pasado 8 de octubre, tras la subida del precio del metro de Santiago en hora punta, pidió a los chilenos que se levantasen más temprano para pagar un boleto más barato.
Felipe Ward, exministro de Bienes Nacionales, dirigirá la Secretaría General de la Presidencia, Karla Rubilar será la nueva titular de la Secretaría General de Gobierno, un cargo hasta ahora en manos de Cecilia Pérez, quien pasó a la cartera de Deportes.
Asimismo, María José Saldívar llevará la cartera de Trabajo y Previsión Social y Julio Isamit estará al frente del Ministerio de Bienes Nacionales.
"Un Chile más justo"
"Este equipo tendrá la misión de escuchar y abrir diálogo hacia un Chile más justo", apuntó el presidente a través de las redes sociales.
El pasado sábado, Piñera anunció un cambio de gabinete y pidió la renuncia a todos sus ministros, en un intento de paliar la crisis social.
"He pedido a todos los ministros poner sus cargos a disposición para poder estructurar un nuevo gabinete, para poder enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargo de los nuevos tiempos", aseveró el jefe de Estado chileno, quien además el domingo levantó el estado de emergencia en Chile.
El presidente chileno adoptó estas medidas después de días de protestas multitudinarias, que desembocaron el 25 de octubre en la 'marcha más grande de Chile' en contra de las políticas neoliberales del Gobierno, y en la que participaron más de un millón de personas.
Un total de 19 personas fallecieron por la violencia en Chile durante las protestas antigubernamentales, en las que la Administración de Piñera ha sido señalada por el uso excesivo de la fuerza.