El excandidato opositor Carlos Mesa afirma que "no hubo golpe de Estado" en Bolivia

El político aseguró que "heroicamente" el pueblo boliviano ha dado una lección de "democracia".

El excandidato presidencial opositor de la alianza política Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, reiteró este lunes que "no hubo golpe de Estado" en Bolivia y aseguró que "no hay ningún elemento que permita considerar que se produjo". 

"Saben que durante 21 días el pueblo boliviano heroicamente ha dado una lección a América y al mundo de democracia", señaló en una rueda de prensa, en la que destacó que la base de las movilizaciones de estas últimas tres semanas fue "la decisión de llevar adelante un fraude gigantesco por parte de Evo Morales".

"Evo Morales era un candidato ilegal, nosotros participamos en la elección porque no había otro camino para derrotar al presidente autoritario", sentenció el político.

Este mismo lunes, Morales escribió en su cuenta de Twitter que tanto Mesa como el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, "pasarán a la historia como racistas y golpistas". Además, les pidió que "asuman su responsabilidad de pacificar al país" y que "garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica".

La situación en Bolivia

Bolivia vive sumida en una crisis política desde el golpe de Estado de domingo, cuando el presidente y el vicepresidente, Álvaro García Linera, se vieron forzados a presentar su renuncia tras un pronunciamiento militar, en medio de una ola de dimisiones dentro de su Gobierno y las protestas que estallaron tras las elecciones del pasado 20 de octubre, cuando Mesa, junto a organizaciones sociales, denunciaron supuesto fraude en el recuento de los votos, aunque no han presentado pruebas.

Horas antes de su renuncia, Morales convocó nuevas elecciones nacionales, en conformidad con las sugerencias de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y con el ánimo de buscar "la paz en Bolivia". Sin embargo, la propuesta fue rechazada por Mesa, que instó a los grupos opositores a mantener movilizaciones en las calles hasta que se aceptara celebrar elecciones sin participación de Morales ni de García Linera.