La Embajada de Argentina en Bolivia ha dado refugio este domingo a Carlos Romero, ministro de Gobierno del presidente depuesto, Evo Morales, quien renunció a su cargo tras denunciar un "golpe de Estado" contra el Ejecutivo, informó el canal de noticias TN.
Fuentes de Cancillería confirmaron al medio argentino que Romero se encuentra "a resguardo" en la sede diplomática argentina en la ciudad de La Paz, aunque no bajo la figura de asilo político.
"Cuando peligra la integridad física la tradición latinoamericana es de brindar resguardo", indicaron desde el consulado.
En medio de amenazas de los grupos opositores bolivianos, la Embajada ha sido reforzada con efectivos de la Gendarmería por orden del ministerio de Seguridad, desde Buenos Aires.
El funcionario boliviano recibió protección por parte del Gobierno de Mauricio Macri, que horas antes, en una rueda de prensa, aclaró que no había un pedido de asilo para el presidente Morales "ni en la Embajada ni el territorio argentino", señaló el canciller, Jorge Faurie.
Por otra parte, en relación a la crisis política que vive el país vecino, el diplomático sostuvo que "no están los elementos para describir" la dimisión del presidente boliviano y sus funcionarios "como un golpe de Estado", debido a que "las Fuerzas Armadas no han asumido el poder".
No obstante, Faurie reconoció que la Casa Rosada mantuvo "diálogo con diferentes actores políticos".
El domingo, el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien asumirá el poder el 10 de diciembre, le pidió al Gobierno de su país que brinde asilo a los funcionarios salientes, debido a que corrían peligro.
Fernández ha señalado en su cuenta de Twitter que en Bolivia se consumó "un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del Ejército".