La nueva titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en México toma posesión en medio de trifulcas y acusaciones

Entre jaloneos de senadores de Morena y el opositor PAN, la activista Rosario Piedra fue designada como la nueva titular de la CNDH. ¿Qué implicaciones tiene esto para el país?

La designación de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en México, provocó una trifulca en el Senado, donde se lanzaron acusaciones de fraude en la votación y se registraron choques entre legisladores del oficialista Morena y el conservador PAN.

La situación generó una oleada de críticas en redes sociodigitales, no solo en torno al papel de los legisladores, sino también sobre el rol que ha jugado la CNDH en la crisis humanitaria que enfrenta México en años recientes, con niveles históricos de violencia, incluyendo asesinatos, desapariciones y el continuo hallazgo de fosas clandestinas.

El origen de la polémica

El conflicto surgió desde la nominación de Rosario Piedra como posible titular del organismo, por recomendación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Rosario Piedra es hija de la activista Rosario Ibarra, quien luego de la desaparición forzada de su hijo, fundó el Comité Eureka —organización social que aglutina a madres y familiares de los desaparecidos políticos en el contexto de la Guerra Sucia de la década de 1970— y se convirtió en 1988 en candidata presidencial. Tanto la madre como la hija, han sido personas cercanas al movimiento social que durante años ha acompañado a López Obrador.

La madre de la activista, Rosario Ibarra, recibió recientemente la presea Belisario Domínguez que otorga el Senado mexicano a ciudadanos destacados, y posteriormente a eso, su hija, Rosario Piedra, fue recomendada para dirigir la CNDH en la terna enviada por el presidente López Obrador a la Cámara Alta.

A pesar de que el partido de López Obrador, Morena (en el cual militó Rosario Piedra), cuenta con mayoría en el Senado, la elección del cargo requería de las dos terceras partes de los legisladores presentes al momento de efectuar la votación.

En medio de una polémica elección, realizada el 7 de noviembre, Rosario Piedra obtuvo 76 de 116 votos, consiguiendo las dos terceras partes necesarias para ocupar el cargo. Pero momentos después, legisladores del PAN acusaron fraude debido a que la comisión encargada de contabilizar los votos, solo registró 114, por lo cual, existían dos sufragios adicionales cuya procedencia no se pudo aclarar, lo cual hizo suponer que existió trampa o alguna irregularidad por parte de Morena.

Esto provocó críticas, por lo que varias organizaciones sociales y de derechos humanos hicieron un llamado al Senado a limpiar el proceso.

Fue entonces que el coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, presentó una propuesta para realizar una nueva votación, propuesta que fue rechazada por legisladores de su propio partido. Por esa razón, Piedra tomó posesión del cargo.

La asunción de la funcionaria alentó la molestia de los senadores del PAN, que protestaron con pancartas y gritos ante lo que calificaron como una imposición. Pero los ánimos se encendieron cuando el senador panista Gustavo Madero intentó detener la sesión físicamente, subiendo a la tribuna, lo que provocó jaloneos con otros legisladores de Morena.

Pero a pesar de los empujones, choques y descalificaciones verbales entre legisladores, Piedra tomó protesta como titular de la CNDH, un suceso que a decir de algunos activistas y ciudadanos, deja mal parada la imagen del Senado y mancha la designación de una institución, cuyo principal propósito es documentar casos de violaciones de derechos humanos y hacer recomendaciones al Estado mexicano a la hora de subsanar agravios e impartir justicia. 

Llegada entre renuncias

Ante la llegada de Piedra Ibarra al frente de la CNDH, cuatro consejeras del organismo renunciaron este 14 de noviembre a sus cargos.

En una carta dirigida a Mónica Fernández, presidenta de la Mesa Directiva del Senado, María Ampudia González, Mariclaire Acosta, Olga Noriega y Angélica Cuéllar, cuatro destacadas mujeres en la defensa de los derechos humanos, dimitieron a sus cargos honoríficos de manera "irrevocable e inmediata".

En el documento, las consejeras señalan que la "cuestionable elección" de Piedra como ombudsperson le resta legitimidad a la institución "ideada para defender a la sociedad de los abusos de poder del Estado".

Las inconformes destacan que ante la falencia de legitimidad en la designación, Piedra Ibarra "será incapaz de establecer una interlocución válida con los distintos actores involucrados en la observación, protección y promoción de los derechos humanos; tampoco podrá generar la confianza ni la certeza jurídica consustanciales a su misión".

La CNDH y la crisis de violencia

Uno de los temas más polémicos con la designación de Piedra es la autonomía de la CNDH frente al Gobierno.

Pero más allá de la cercanía entre la defensora y el Gobierno, que ya existió en mayor o menor medida durante las direcciones anteriores de José Luis Soberanes, Raúl Plascencia Villanueva (cuyas gestiones fueron cuestionadas por organizaciones independientes) y el saliente Luis Raúl González Pérez, el principal reto de la CNDH sigue siendo jugar un papel más relevante a la hora de documentar violaciones graves de derechos humanos.

Esto quedó de manifiesto en la poca relevancia que tuvo la CNDH en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014, lo que significó un parteaguas en la administración del expresidente Enrique Peña Nieto.

A pesar que el caso generó una oleada de protestas y acaparó los reflectores de la prensa, no fue la indagatoria de la CNDH sino la investigación promovida por un organismo internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos junto con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, la que desmontó la llamada "verdad histórica" del Gobierno mexicano en torno al caso Aytozinapa.

La organización Efecto Útil, dedicada a monitorear organismos públicos de derechos humanos con base en los Principios de París, ha señalado que uno de los principales problemas de la CNDH es la investigación selectiva de casos, situación que deja en indefensión a las víctimas de la violencia. 

De acuerdo con un documento emitido por la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos, adscrita a Naciones Unidas, otro problema detectado tras una evaluación realizada en 2016, es que "el número de recomendaciones emitidas por la CNDH es sustancialmente menor que el número de denuncias de violaciones a derechos humanos recibidas", según una copia del informe, en poder de la revista Proceso.

México vive la peo crisis de violencia de su historia reciente, con poco más de 308.000 asesinatos desde el inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico, en 2006, hasta octubre de 2019. En ese período, se han reportado más de 40.000 desaparecidos, de acuerdo con datos oficiales. 

Manuel Hernández Borbolla