La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo este viernes que implementará medidas para frenar a supuestos grupos subversivos en el país.
"Este Gobierno transitorio tiene como labor principal la de pacificar a nuestro país", señaló la autoproclamada presidenta interina desde el Palacio de Gobierno, en La Paz.
Áñez, quien encabeza el Gobierno de facto tras el golpe de Estado, señaló que han identificado a supuestos "grupos subversivos armados", que estaría conformados por extranjeros y connacionales "de algunas regiones en conflicto".
Según la presidenta de facto, estos grupos serían los responsables del bloqueo de los servicios básicos, que han provocado la falta de combustible en los surtidores del departamento de La Paz, y que, a su juicio, formarían parte de una estrategia para "asfixiar a las capitales".
Áñez también denunció "agresiones físicas a instalaciones nacionales", realizadas en ductos y plantas estratégicas de hidrocarburos.
Medidas "constitucionales"
La presidenta de facto anunció la implementación de "medidas constitucionales" para restaurar el orden público y el "normal desarrollo de la actividad económica".
"Estamos haciendo absolutamente todo en coordinación, unidad, con nuestros hermanos policías y nuestro Ejército, porque así las circunstancias lo ameritan", dijo.
Tras el golpe de Estado del domingo pasado, que obligó a Evo Morales a aceptar asilo político en México, miles de simpatizantes del mandatario depuesto han salido a las calles a protestar contra la juramentación de Jeanine Áñez.
En la ciudad de El Alto, departamento de Santa Cruz, y en La Paz, departamento del mismo nombre, manifestantes que rechazan el golpe de Estado han sido reprimidos con gases lacrimógenos por la policía y las Fuerzas Armadas.
De igual forma, en Cochabamba, dirigentes cocineros han sido brutalmente reprimidos por las Fuerzas Armadas y la policía. Medios locales reportan al menos cuatro muertos en las manifestaciones de este viernes.
Miles de obreros, indígenas y campesinos se han sumado a las protestas pacíficas contra el golpe de Estado y en rechazo a la autoproclamación de Áñez. En El Alto, bastión de Evo Morales y el MAS, los manifestantes han bloqueado el peaje del camino que conduce a La Paz, según constató el corresponsal de RT, Francisco Guaita.
La instalación del martes del Gobierno de facto también ha representado una amenaza para los periodistas. El jueves, la nombrada ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, acusó de sedición a periodistas nacionales e internacionales que cubren el conflicto social.
"Se va a actuar conforme a ley, porque lo que hacen algunos periodistas, en algunos casos bolivianos o extranjeros, que están causando sedición (alzamiento contra la autoridad) en nuestro país, tienen que responder a la ley boliviana", dijo Lizárraga.
Tras la declaración de Lizárraga, el camarógrafo de Telefe Noticias, Lucio López, denunció a través de un video difundido en redes sociales que al equipo de la cadena de televisión argentina les pidieron evacuar el hotel en el que se hospedaban en La Paz.
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