La deforestación en la Amazonía brasileña bate récord desde 2008
La deforestación en la Amazonía alcanzó este año el nivel más alto registrado en la última década. Entre agosto de 2018 y julio de 2019, la deforestación aumentó un 29,5 % al destruirse una superficie de 9.762 kilómetros cuadrados.
Los datos, divulgados el lunes por el Instituto Naciones de Investigación Espacial (INPE), indican que en los estados de Pará, Rondônia, Mato Grosso y Amazonas se registraron 8.213 kilómetros de deforestación, es decir, un 84 % de la cifra total en ese periodo.
En 2008, el área deforestada llegó a alcanzar 12.911 kilómetros cuadrados.
El estudio se ha realizado con el sistema de Monitoreo de Deforestación de la Amazonia Legal por Satélite (Prodes), que se basa en imágenes del INPE y que tiene un alto nivel de precisión.
En el evento en Sao Paulo donde se presentaron las cifras, participó el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles. Según él, este aumento se debe a la "economía ilegal" en la Amazonía. Salles anunció que la próxima semana en Brasilia se analizarán qué acciones tomar para combatir el desmantelamiento.
Al ser preguntado sobre si la gestión del Ejecutivo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha podido influir en estas cifras, el ministro reiteró que "gran parte de los problemas vienen de gestiones anteriores".
"Deforestación vertiginosa"
Organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) han denunciado inmediatamente de los datos conocidos este lunes.
"La deforestación va creciendo vertiginosamente y si el Gobierno Federal no modifica profundamente su postura en relación a este tema, [la cifra] aumentará todavía más el próximo años, y el país retrocederá 30 años en término de protección de la Amazonía", alertó Mauricio Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil.
El pasado mes de julio, el INPE advirtió de un aumento de la deforestación de la Amazonía tras las cifras obtenidas por el Sistema de Detención de Deforestación en Tiempo Real (Deter). Bolsonaro consideró que las cifras divulgadas "no correspondían a la verdad". El informe cuestionado por el presidente provocó la destitución del director INPE, Ricardo Galvão, quien protagonizó una fuerte polémica con el mandatario.
Precisamente, ese mismo verano, Brasil vivió unos devastadores incendios en la selva amazónica, que provocaron fuertes críticas a nivel internacional contra el gobierno del ultraderechista.