Elecciones decisivas en Uruguay: el progresismo podría perder frente a la derecha tras 15 años en el poder
Este domingo en Uruguay se llevará adelante la segunda vuelta electoral para elegir presidente. La competencia será entre el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, y el del oficialista Frente Amplio (FA), Daniel Martínez. Los uruguayos y las uruguayas deciden entre la alianza progresista que gobierna en el país sudamericano desde 2005 y el candidato opositor del histórico partido cuyo padre gobernó el país entre 1990 y 1995. Después de quince años, podría ganar una coalición de derecha en el país sudamericano.
Pronósticos
Si bien en la primera vuelta el FA se ubicó en primer lugar con el 39 % de los votos, esta vez los pronósticos indican una ventaja para la oposición. Según hizo público la consultora Factum, el 51 % votaría por Lacalle Pou mientras que un 43 % lo haría por el frenteamplista Martínez. El 6 % restante, por su parte, dijo que votaría en blanco o anularía su voto. Serían entonces ocho puntos de diferencia, una cifra algo mayor a los cinco y siete puntos que venían anunciando otros estudios, siempre a favor del nacionalista.
Cierres de campaña
Martínez, de 62 años, ingeniero e intendente de Montevideo hasta abril dio fin a su campaña en Florida, al norte de Montevideo. Desde ahí reinvindicó los logros sociales del Frente Amplio y señaló los riesgos de que gane la oposición, en términos de economía y de modelo de país.
La línea del candidato del FA viene siendo llamar a sus seguidores a hacer un "maracanazo". Se refiere a la mítica hazaña de la selección uruguaya que en 1950 dio vuelta la final de la copa del mundo ante Brasil en Río de Janeiro.
"Los invitamos al sueño de que esto sea como en el Maracaná, todo está en nuestra contra aparentemente. Todo parece que fuera a ser en nuestra contra, pero de la misma forma que tuvimos 11 leones que en Maracaná dieron vuelta la historia vamos arriba Maracaná, vamos a ganar el 24 de noviembre", dijo unos días atrás en un acto en el Chuy, ciudad fronteriza con Brasil.
Lacalle Pou tiene 46 años, es abogado y su carrera política ha sido como senador y diputado. Cerró su campaña en Las Piedras, departamento de Canelones.
"Uruguay está harto de gobernantes que nunca tienen la culpa de nada, y siempre ponen excusas ante el más mínimo problema", dijo. Además pidió a sus militantes no tener una 'actitud triunfalista' porque —aseguró— "no está todo el pescado vendido", una forma de decir que la elección todavía no está ganada.
Alianzas
La misma noche de la primera vuelta de las elecciones generales, ya Lacalle Pou en su discurso anunció la búsqueda de conformar un gobierno "multicolor". Eso significaba que se sumarían los candidatos del segundo y el tercer puesto. Así sucedió: una vez pasados los comicios, el Partido Colorado oficialmente explicitó su apoyo a Lacalle Pou. "Cabildo Abierto", la flamante agrupación que encabeza un militar expulsado por el FA, Guido Manini Ríos, y que obtuvo el 10% de los votos, también se pronunció a favor de Lacalle Pou.
También se sumaron otras fuerzas menores. "Somos cinco partidos, un compromiso por el país y eso es lo que vamos a cumplir", dijo el líder de la coalición opositora en el cierre de campaña.
Sólo una pequeña porción de los colorados ("la Ortodoxia Batllista") se reunió con Martínez, quien considera que los que lo enfrentan solamente se juntaron para ganarle, pero que no se trata de una coalición estable para el momento en que potencialmente les toque gobernar. Y es que de eso sabe el FA: se trata de una alianza progresista que desde 1971 incluye al Partido Socialista, el Partido Comunista, el Movimiento de Participación Popular, la Asamblea Uruguay, la Alianza Progresista, la Vertiente Artiguista, entre otras fuerzas.
Principales debates
- Economía
La economía uruguaya atraviesa cierto estancamiento que reconocen propios y ajenos. Según datos del Banco Central, en marzo ya se habían completado cuatro trimestres consecutivos sin crecimiento (midiendo frente al trimestre previo). Aún en ese contexto, Martínez adelantó que habrá mejores salarios para los docentes, policías y militares.
Frente a esto, la oposición señala que hay que disminuir el déficit fiscal ahorrando, aunque prometen que no afectará al empleo. Pero el FA marca contradicciones: "Pensar que achicar el Estado se va a hacer sin el costo social para las mayorías es por lo menos ser ilusos", dijo Martínez en el cierre de campaña.
A lo largo de la campaña, Martínez ha decidido resaltar que, si ganase Lacalle Pou, el país podría ir hacia una crisis económica y social como la de 2002. "El dogmatismo llevó a Uruguay a la peor crisis de los últimos 60 años", dijo en el departamento de Maldonado. Aquel fue un quiebre financiero que sucedió unos meses después a la crisis Argentina.
En este punto, el candidato del Partido Nacional, respondió: "Yo no sé si voy a ser presidente de la República o no, pero jamás le voy a desear el mal al país".
- Modelo de país
El Frente Amplio y el Partido Nacional están enfrentados históricamente.
El Nacional es un partido tradicional, formado en 1836, que se autodefine como "centro derecha". Fue gobierno en una multiplicidad de oportunidades desde su creación. La última vez fue en 1990 y el presidente fue el padre del candidato actual, Luis Alberto Lacalle.
La confrontación entre ambos tiene que ver con diferentes proyectos de país, en un tono parecido al de los debates que recorren Latinoamérica: el estado presente versus una propuesta con un estado más pequeño y mayor presencia privada.
- Seguridad
Una de las principales cuestiones que enfrenta a los candidatos es la mirada sobre la seguridad.
El contrapunto quedó claro en el referendo que se llevó adelante en la primera vuelta para preguntar a la ciudadanía si querían desplegar a los militares en las calles, endurecer las penas de prisión para ciertos delitos y autorizar allanamientos nocturnos.
La propuesta de reforma había sido lanzada por el entonces precandidato a presidente del Partido Nacional Jorge Larrañaga. Tiempo después, el político perdió las elecciones internas de su formación pero siguió liderando la campaña para modificar la Constitución.
Si bien el plebiscito se perdió, el número de uruguayos que apoyó la medida fue contundente: 1.120.780 personas (47 %) dijeron que sí. Es decir, consiguió más votos que cualquiera de los partidos.
Así, Lacalle Pou retomó ciertos puntos de esa agenda y anunció que —de ganar— transformaría algunas leyes en el sentido que planteaba la reforma: intentaría instaurar una "pena perpetua revisable para delitos gravísimos" y fortalecería la Guardia Republicana. "Lo que hay que quebrar es la impunidad con la que se maneja la delincuencia", dijo en el cierre de campaña.
En este debate, el Frente Amplio se opuso a la medida y se sumó a la movida 'La reforma no es la forma'. El concepto central de la crítica a la propuesta es que el punitivismo y agravar las penas no resuelve la inseguridad.
- Votos argentinos
Se espera que alrededor de 20.000 votantes lleguen desde el "otro lado del charco" (así se conoce al "Río de la Plata"), según el diario local La Diaria.
Para eso, el FA organizó un acto en el Velódromo con artistas bajo el nombre de 'El Desembarco'. El objetivo fue juntar dinero para quienes viven en Argentina y no les alcanza para viajar. Con eso, llevó adelante una campaña ofreciendo facilidades para tomar el barco que une ambos países e invitando a uruguayos y a uruguayas a acercarse a votar.
- Latinoamérica
Si la ciudadanía mira a su alrededor, lo que ve es una región en la que fuerzas policiales y militares adquieren un nuevo protagonismo. Ecuador sufre una profunda crisis política, en Bolivia acaba de haber un golpe de estado, Chile está convulsionado por las protestas y la represión desde hace más de un mes, en Brasil acaban de liberar a Lula y Argentina está en plena transición entre el gobierno saliente y el entrante.
Ese debate está presente en la campaña. Martínez ha repetido varias veces que, si gana la oposición, la situación uruguaya puede terminar "como en Argentina, como en Brasil, como lo que está pasando en nuestra dolida América Latina".
El candidato del FA mostró en reiteradas ocasiones su buena relación con el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández. De hecho, el porteño viajó a Montevideo el 14 de noviembre para mostrar su apoyo explícitamente.
Lacalle Pou, por su parte, dijo que quiere armar un gobierno "que no pierda la integridad internacional abrazándose a dictadores y violadores de los derechos humanos". Es en referencia a que desde su fuerza han criticado al FA porque consideran que se muestran demasiado "neutrales" respecto de la situación en Venezuela. "Es una dictadura y Nicolás Maduro es un dictador. En eso nos diferenciamos con lo que piensa nuestro actual gobierno", ha dicho a medios.
Este domingo 2,7 millones de uruguayos y uruguayas están llamados a las urnas para decidir quién los gobernará durante los próximos cinco años. Decidirán el rumbo para Uruguay entre opciones claras (progresismo versus derecha) pero también qué tipo de rol jugará ese país en el plano internacional en donde los dados todavía están en el aire.
Julia Muriel Dominzain
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