La canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, dijo este jueves que espera que Argentina no permita al mandatario depuesto de su país, Evo Morales, hacer política en contra de Jeanine Áñez, quien se autoproclamó como mandataria "interina" después del golpe de Estado del pasado 10 de noviembre.
"Esperemos que Argentina cumpla rigurosamente con esos principios", ha declarado Longaric, en referencia a que la condición de asilado político de Morales en ese país, que le impediría realizar actividades políticas.
Así, durante una rueda de prensa en La Paz, ha sostenido que espera que en Argentina, "no ocurra como en México", donde, a su juicio, "Evo Morales tenía un micrófono abierto o una palestra para hacer política".
Morales, que ha sido nombrado por su partido, el MAS, como jefe de campaña para los nuevos comicios presidenciales de 2020, espera poder coordinar la campaña de su formación desde Argentina.
El expresidente boliviano llegó a su nuevo destino este jueves, acompañado de su exvicepresidente, Álvaro García Linera, así como de otros exmiembros de su Gabinete, y pretende permanecer en el país en calidad de refugiado político, como confirmó el canciller argentino, Felipe Solá.
"Aterrizó recién en Ezeiza. Viene para quedarse en la Argentina, porque entra en condición de asilado y después pasará a tener la de refugiado", dijo el canciller en declaraciones al canal TN.
El línea con la petición hecha por Longaric, Solá sostuvo que querían de Morales "el compromiso de no hacer declaraciones políticas en la Argentina". "Es una condición que le pedimos nosotros", insitió el canciller.
Misma polémica en México
El mes pasado se vivió una situación análoga cuando la autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, sostuvo que las declaraciones y mensajes que había ofrecido Evo Morales desde México violaban los protocolos de asilo y refugio político.
La cancillería mexicana, a través de en una nota informativa enviada a los medios nacionales, negó las acusaciones. Además, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aclaró que México no es parte del tratado internacional de Montevideo y que Bolivia, por su parte, tampoco lo había ratificado.
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