Rusia responderá "seguro" a las nuevas sanciones de EE.UU. en su contra, incluidas las posibles medidas de restricción en contra del proyecto del gasoducto Nord Stream 2, y las tendrá en cuenta al establecer relaciones futuras con Washington, ha aseverado este domingo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
"Responderemos a las sanciones, pero de tal modo que nos permita no perjudicarnos a nosotros mismos", ha constatado el ministro.
Además, Lavrov ha señalado que nunca había pensado que los legisladores estadounidenses adoptarían medidas que los desacreditan como "políticos serios".
"Para mí, esta es una situación muy difícil de entender, porque a la mayoría de estos congresistas, miembros de la Cámara de Representantes, senadores, principalmente del Partido Demócrata, los conocía a distancia o directamente", ha aseverado.
"Nunca pensé que los políticos podrían llegar a tomar este tipo de decisiones que no honran a los políticos serios", concluyó.
¿Qué exige EE.UU.?
Este 21 de diciembre, Washington aprobó nuevas sanciones contra Moscú en el marco de la ley de presupuesto para la Defensa.
Un párrafo de esta norma denominado 'Sobre la protección de la seguridad energética de Europa' prevé sanciones contra los gasoductos Nord Stream 2 y Turk Stream, que deben hacer llegar gas ruso a Europa. Así, EE.UU. exige que las empresas que construyen dichos gasoductos detengan inmediatamente sus actividades.
La empresa suiza Allseas, que trabajaba en la instalación de la tubería del gasoducto Nord Stream 2, en vísperas de la aprobación de la ley de presupuesto de EE.UU. comunicó que suspende su participación en el proyecto por la amenaza de sanciones de Washington.
Por otro lado, el Gobierno de Alemania declaró al respecto que "rechaza esas sanciones extraterritoriales" dirigidas "contra empresas alemanas y europeas".
"EE.UU. cruza una línea histórica"
En este sentido, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia comentó este 21 de diciembre que Rusia "desde ya hace mucho" está acostumbrada a las medidas de restricción de Washington, pero observa "con interés cómo EE.UU. cruza una línea histórica en la política exterior, comenzando a imponer sanciones […] contra sus propios aliados".
"En Washington decidieron que por el bien de las ambiciones geopolíticas y el beneficio comercial no hay que tener lástima de nadie, ni siquiera de sus socios más cercanos de la OTAN", reza el comunicado.