Los miembros de la expedición al volcán Wolf, en el norte de Isabela, la principal isla del archipiélago de las Galápagos (Ecuador), capturaron 30 tortugas que son un híbrido de dos especies que actualmente se consideran extintas, comunica el Parque Nacional Galápagos.
Veintinueve de los especímenes (11 machos y 18 hembras) tienen en su linaje huellas de la 'Chelonoidis niger', una tortuga muy común en la isla de Floreana hasta que fue exterminada por los marineros y pobladores europeos a mediados del siglo XIX.
La tortuga restante es una hembra joven que presumidamente podría descender de un ejemplar de 'Chelonoidis abingdonii' nativa de la isla de Pinta. A diferencia de la tortuga de Floreana, esta especie se conservó hasta el 24 de junio de 2012, cuando murió el último individuo, el Solitario George, que vivía en cautividad desde 1972.
Para poder determinar a los híbridos, los investigadores recorrieron alrededor de 200 kilómetros cuadrados y realizaron 50 pruebas de sangre a las tortugas encontradas por primera vez y les colocaron microchips de identificación.
La expedición la llevó a cabo la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes, que tiene como objetivo "la restauración total del complejo de tortugas gigantes en números poblacionales, rango de distribución, impacto ecológico e importancia económica en todo el archipiélago".
Los 30 especímenes serán sometidos a una cuarentena, Después, las 29 tortugas relacionadas con la tortuga de Floreana se unirán al programa de reproducción en cautiverio, que funciona desde hace unos años. A su vez, el futuro del quelonio descendiente de la tortuga de Pinta hasta ahora es incierto.
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