Corea del Norte probablemente cuenta ya con un submarino de capacidad nuclear, que vendría a ser la "nueva arma estratégica" que Kim Jong-un prometió presentar este año, comunica la agencia Bloomberg. Un misil balístico habría sido diseñado y sometido a pruebas para poder lanzarlo desde esa nueva plataforma, según reportes que recoge.
Aun en el caso de que el sumergible sea "ruidoso y no pueda alejarse de la costa sin ser rastreado", podría ser "suficiente para satisfacer las necesidades" del líder norcoreano, estiman los periodistas. Asimismo dejan claro que no se refieren a un modelo en particular, pues se puede tratar de una versión renovada de los submarinos clase Romeo o de uno nuevo, el Sinpo C, de fabricación norcoreana, cuya existencia no ha sido confirmada.
Joseph Dempsey, británico experto en armas, dijo al citado medio que un lanzamiento de prueba relacionado con este proyecto se llevó a cabo en octubre pasado, cuando un misil balístico despegó desde el mar y trazó un recorrido aéreo de unos 910 kilómetros. A partir de ese dato, se pudo recalcular que tenía un alcance horizontal estimado de 1.900 kilómetros.
Bloomberg recuerda que Pionyang, a mediados de los años 1970, adquirió en China siete submarinos de clase Romeo (nombre con el que los designa la OTAN, mientras que los chinos los conocen como 'tipo 033'), y dos décadas más tarde comenzó a producirlos en su propio país a partir de los repuestos. Una versión actualizada del Romeo parece tener una torre ensanchada, en la que podrían caber tres silos de lanzamiento, según estimó Dempsey.
Otro submarino más moderno, que los expertos en armas denominaron Sinpo C, solo ha trascendido hasta ahora en algunas fotografías tomadas en una fábrica que visitó Kim Jong-un en julio pasado. Aspira a ser el mayor sumergible del país, pero su condición y ubicación actual no se conocen.
Para Kim, cualquier cosa que dificulte que EE.UU. planifique una guerra real en su contra lo acerca a un objetivo deseado, que es el reconocimiento internacional como un país nuclear, sostienen los autores. Citan también la opinión del escritor Ankit Panda, colaborador de la Federación de Científicos Estadounidenses, quien sostiene que "Estados Unidos, Corea del Sur y Japón deben tomarse en serio la amenaza nuclear submarina y planificar las contingencias de guerra antisubmarina".
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