El Departamento de Justicia de EE.UU. emitió este jueves una nueva acusación contra el gigante de las telecomunicaciones de China, Huawei, al que imputa de robartecnologías estadounidenses.
La acusación, presentada en una corte federal de Brooklyn (Nueva York), sostiene que tanto la compañía china como su directora financiera, Meng Wanzhou —que actualmente se encuentra en proceso de extradición a EE.UU. desde Canadá, donde fue arrestada en 2018—, conspiraron para robar secretos comerciales de no menos de seis compañías estadounidenses, "en un esfuerzo por hacer crecer y operar el negocio de Huawei".
Dicha propiedad intelectual, según la demanda, incluye "un código fuente y manuales de usuario para enrutadores de Internet, tecnología de antenas y tecnología de prueba de robots", informa el comunicado del Departamento de Justicia. Además, asegura que esas acciones fueron parte de la práctica de la compañía, que a lo largo de décadas buscó "la apropiación indebida" de tecnologías sofisticadas de EE.UU. a través del "fraude y el engaño".
Según se señala allí, esta maniobra permitió al gigante tecnológico reducir sus costes de investigación y desarrollo, otorgándole una ventaja competitiva, calificada en la acusación de "significativa" e "injusta".
La demanda alega que la companía se dedicaba al reclutamiento de empleados de otras empresas que fueron impulsados a "apropiarse indebidamente de la propiedad intelectual de sus antiguos empleadores". Asimismo, Huawei supuestamente disponía de un programa de bonificación para recompensar de manera financiera a los trabajadores que cumpliesen con ese objetivo.
A Huawei también se le acusa de colaborar con países como Corea del Norte e Irán —que actualmente están sujetos a sanciones por parte de EE.UU. y Europa—, e intentar "ocultar todo el alcance de esa participación". Asimismo, la demanda alega que la empresa mintió sobre su relación con una filial llamada Skycom, que supuestamente ayudó al gobierno de Irán a realizar "vigilancia doméstica, incluso durante las manifestaciones en Teherán en 2009".
Los fiscales federales afirman que cuando se les presentaron pruebas, "los acusados presuntamente hicieron declaraciones erróneas y repetidas a funcionarios estadounidenses, incluidos agentes del FBI y representantes del Comité de Inteligencia Permanente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos", según señala el comunicado.
Respuesta de Huawei
En respuesta a las recientes acusaciones, Huawei, por su parte, acusó a EE.UU. de organizar una campaña para "intimidar a sus empleados y lanzar ataques cibernéticos para infiltrarse en su red interna". Según Bloomberg, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China instó a Estados Unidos a "dejar de atacar injustificadamente a Huawei y otras empresas chinas".
"La nueva acusación es parte del intento del Departamento de Justicia de dañar irrevocablemente la reputación y el negocio de Huawei, por razones relacionadas con la competencia y no de la aplicación de la ley", dijo un representante de la compañía.
"Estos nuevos cargos carecen de fundamento y se basan principalmente en disputas civiles recicladas de los últimos 20 años, que han sido previamente resueltas, litigadas y, en algunos casos, rechazadas por jueces y jurados federales", informaron desde Huawei.
Enfrentamiento de Huawei con Washington
El gigante chino de las telecomunicaciones se encuentra inmerso en un enfrentamiento con Washington, que lo acusa de espiar para el Gobierno del país asiático a través de sus dispositivos, algo que la compañía desmiente.
En mayo del pasado año, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que prohíbe el uso de equipos de telecomunicaciones fabricados por compañías consideradas como una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. Asimismo, el Departamento de Comercio estadounidense incluyó en su 'lista negra' a Huawei.
Mientras tanto, el Gobierno de EE.UU. también ha presionado a sus aliados en Europa para que cierren las puertas de sus redes nacionales 5G a las compañías chinas. Sin embargo, los operadores de ciertos países europeos, como España, Reino Unido, Italia y Suiza, ya han expresado abiertamente su interés en la tecnología del gigante chino.