La ministra de Exteriores de Suecia explica por qué en ese país se abstienen de la cuarentena
La ministra de Exteriores de Suecia, Ann Linde, ha defendido en una entrevista concedida a Politico este miércoles el enfoque elegido por el país ante el nuevo coronavirus, que no prevé cuarentenas obligatorias, ni cierres de la mayoría de los negocios. Según Linde, Suecia se lo puede permitir por los "altos niveles de confianza" de los ciudadanos.
La estrategia del país nórdico es acorde a su "tradición" y no va a cambiar por las voces que vienen de afuera, señaló la ministra sueca, que explicó que en su país "el consejo del Gobierno no es una sugerencia que se sigue si se quiere, se ve como algo que se debe seguir".
Como ejemplo, Linde mencionó que los viajes a la isla de Gotland, un popular destino turístico, disminuyeron un 96 % durante los festivos por la Pascua pese a que los viajes internos no están prohibidos. "Estamos totalmente preparados para adoptar medidas más duras si no se siguen las reglas", afirmó.
La jefa de la diplomacia sueca también recordó que en el país existen ciertas restricciones, como la prohibición temporal de visitar las residencias de ancianos, y señaló que cinco restaurantes se cerraron esta semana por incumplir las reglas del distanciamiento social.
Además, expresó la opinión de que estar todo el tiempo en casa resulta más nocivo para la población. "Si estás encerrado, hay riesgo de depresión, violencia doméstica, abuso de alcohol", afirmó Linde, al indicar que las autoridades sanitarias de Suecia opinan que "es bueno para la gente estar al aire libre, dar paseos".
La ministra agregó que Suecia se adhiere a la política de la Unión Europea de mantener cerradas sus fronteras para los residentes de otros países que no pertenecen a la UE y que no las va a reabrir hasta que así lo decida la UE.
De los países escandinavos, Suecia es el que registra más casos y más decesos a causa del covid-19. De acuerdo con los últimos datos de la Agencia de Salud Pública sueca, en el territorio del país se han producido 21.520 contagios y 2.653 personas han muerto, mientras que 1.515 han tenido que pasar por unidades de cuidados intensivos.
Las autoridades suecas optaron por intentar no alterar la vida cotidiana de sus ciudadanos. Si bien alentaron a trabajar desde casa siempre y cuando fuera posible y los estudios universitarios empezaron a ser impartidos a distancia, las escuelas primarias y secundarias permanecen abiertas, al igual que bares, restaurantes, gimnasios o peluquerías.
Asimismo, se suspendieron las visitas en las residencias de ancianos, se emitieron recomendaciones para que los mayores de 70 años y aquellos que se sientan mal permanezcan en sus casas, al tiempo que se prohibieron las reuniones de más de 50 personas, pero esta estrategia, defendida arduamente por la Agencia de Salud Pública, ha afrontado críticas de los propios trabajadores de salud del país.