La deforestación de la Amazonía brasileña durante el mes de abril fue la mayor de los últimos 10 años, con 529 kilómetros de floresta derribada, según el Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon).
Imazon, que no tiene vinculación con el Gobierno, estimó que el mes pasado se registró un aumento de la deforestación de un 171 %, frente al mismo mes del año anterior.
Asimismo, casi un tercio de toda el área deforestada se encuentra dentro del estado de Pará (32 %), seguido por Mato Grosso (26 %), Rondônia (19 %), Amazonas (18 %), Roraima (4 %) y Acre (1 %).
Ya este mes, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil informó de que las alertas por deforestación en la Amazonía aumentaron un 63,75 % en abril, en comparación con el mismo periodo de 2019.
Las tierras indígenas amenazadas
El instituto advirtió sobre la deforestación en tierras indígenas en estos tiempos de pandemia y enfatizó que esta población es una de las más vulnerables por el covid-19.
Asimismo, a través de una encuesta se llegó a la conclusión de que el territorio yanomami, ubicado entre Roraima y Amazonas, es uno de los más vulnerables durante esta pandemia.
Varias organizaciones han alertado también de que las actividades ilegales en la selva ponen en peligro a los pueblos indígenas, que pueden verse contagiados por el virus. Según la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), hay más de 350 casos de contagios de coronavirus entre los indígenas de Brasil.
Por otro lado, a principios de mayo, el Gobierno de Brasil desplegó un total de 3.800 militares para realizar tareas de prevención y combate a la desforestación ilegal y los incendios en la Amazonía, hasta el próximo 11 de julio.