Un numeroso grupo de manifestantes invadió una importante autopista de la ciudad estadounidense de San José (California) y bloqueó el tráfico para protestar por el asesinato de George Floyd, un afroamericano que murió asesinado bajo custodia policial a principios de esta semana, lo que desató una ola de indignación nacional.
Los participantes de la protesta, que inundaron la autopista 101, sostenían carteles y gritaban consignas contra la brutalidad policial.
Al igual que en acciones similares en otras ciudades del país, en esta protesta no faltó el vandalismo: algunos manifestantes rompieron las ventanas de los automóviles mientras la concentración avanzaba por la autopista.
Cuando los vehículos intentaron romper el bloqueo improvisado y llegaron las fuerzas de seguridad, los manifestantes salieron de la carretera y se dispersaron en diferentes direcciones por la ciudad. Según los informes, un grupo se dirigió hacia la autopista 280.
Mineápolis (Minnesota) fue escenario de protestas pacíficas contra la brutalidad policial, que pronto derivaron en enfrentamientos directos y violentos con la Policía, registrándose actos de saqueo y vandalismo. Los disturbios se extendieron rápidamente a otras ciudades estadounidenses.