El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha denunciado este 17 de junio que el inicio de una "campaña sostenida de severas sanciones económicas" contra el Gobierno de Siria por parte de EE.UU. en realidad afecta a la población civil de este país árabe.
"Los funcionarios estadounidenses, al comentar la Ley César, observan con satisfacción que las medidas punitivas previstas en ella deberían 'bloquear el oxígeno' al liderazgo de la República Árabe Siria, privar al país de la ayuda extranjera y 'no permitir que Bashar al Assad se recupere como el líder legítimo del Estado'", reza el comunicado de la Cancillería rusa.
Al mismo tiempo, "Washington es plenamente consciente de que las sanciones unilaterales de EE.UU. —que han estado vigentes durante varios años, y a las que hoy se agregan nuevas restricciones— han desencadenado en gran medida la devaluación de la lira siria y la subida brusca de los precios del combustible, los alimentos y la mercancía de necesidades básicas", indica la parte rusa.
"Como resultado, miles de los ciudadanos sirios, según representantes de agencias humanitarias especializadas de la ONU, han sido puestas literalmente al borde de la supervivencia", ha denunciado el ministerio ruso.
Desde la Cancillería han hecho hincapié en que "no es ningún secreto" que las sanciones unilaterales, adoptadas por EE.UU. sin el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU, bloquean la importación de fármacos a Siria, incluidos los materiales para la producción de medicamentos y anestésicos, computadoras y dispositivos de alta tecnología (escáneres de rayos X, ventiladores mecánicos, máquinas de diálisis y radioterapia), así como fertilizantes, sistemas de tratamiento de agua, equipos de construcción y generadores de energía, entre otros productos.
"La Ley César, cuyo objetivo se presenta como 'la protección de la población civil', en realidad perjudica al pueblo sirio", han concluido.
"Campaña sostenida de presión económica y política"
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ha anunciado este 17 de junio el inicio de una "campaña sostenida de severas sanciones económicas" contra el Gobierno de Siria.
"Hoy, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado lanzan 39 designaciones bajo la Ley César y la Orden Ejecutiva 13894 como el comienzo de lo que será una campaña sostenida de presión económica y política para negar los ingresos al régimen de Assad y el apoyo que utiliza para emprender la guerra y cometer atrocidades masivas contra el pueblo sirio", anunció este miércoles el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
Pompeo añade que el presidente de Siria, Bashar al Assad y su esposa, Asma al Assad, así como el empresario sirio Mohammed Hamsho y la División Fatemiyoun de la milicia iraní sufrirán el efecto de estas sanciones. Entre las personas sancionadas, están varios miembros del Gobierno y Ejército sirio.
"Muchas más sanciones"
El secretario de Estado de EE.UU. ha prometido que esta tanda de sanciones continuará "en las próximas semanas y meses para apuntar a individuos y empresas que apoyan el régimen de Assad y obstruyen una resolución pacífica y política del conflicto".
Además, Pompeo ha anticipado "muchas más sanciones". "No nos detendremos hasta que Assad y su régimen detengan su guerra brutal innecesaria contra el pueblo sirio y el Gobierno sirio acuerde una solución política al conflicto", ha aseverado. Señaló que esta campaña de presión económica y política se lleva a cabo "en plena cooperación con otras naciones de ideas afines, especialmente nuestros socios europeos, que hace solo tres semanas renovaron sus propias sanciones contra el régimen de Assad".
"Terrorismo económico"
En opinión del analista internacional Juan Luis González Pérez, EE.UU. recurre a la política de "terrorismo económico" con el propósito de evitar que Siria vuelva a ser un país fuerte.
"Con esta nueva escalada de guerra económica, Washington quiere lograr lo que no ha conseguido en los 10 años de guerra hibrida (...) EE.UU. lo que realmente quiere es la rendición por hambre de un país que ha enfrentado muchos ataques estadounidenses directos", dijo González Pérez.
La política de sanciones de EE.UU. está dirigida no solo contra Damasco, sino contra las partes que lo apoyan. Así, en septiembre pasado, Washington sancionó a una compañía con sede en Moscú y varios buques y ciudadanos rusos por enviar combustible para aviones de las fuerzas rusas en Siria.
Moscú —que ya en repetidas ocasiones ha condenado las medidas punitivas económicas relacionadas con el país árabe— declaró entonces que apoyaba a las fuerzas gubernamentales en Siria y que el combustible para la aviación de Rusia ayudaba a luchar contra los grupos extremistas, mientras que mediante sus sanciones EE.UU. demostraba que "se puso abiertamente del lado de los terroristas".
Cabe señalar que EE.UU. incluye a Rusia en su lista de Estados que juegan un "papel destructivo" en Oriente Medio. Mientras tanto, Moscú recuerda que sus tropas se encuentran en Siria por invitación de las autoridades legítimas del país, a diferencia de las fuerzas estadounidenses. Así, los campos petroleros en la provincia norteña de Idlib —que durante la guerra fueron explotados por el Estado Islámico— ahora están controlados por las tropas norteamericanas. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia, Washington saca de contrabando crudo de los yacimientos sirios por valor de 30 millones de dólares mensuales.